Una nueva investigación sugiere evidencias adicionales de que la enfermedad de Parkinson podría originarse en los intestinos.

Aunque los expertos dijeron que los hallazgos son preliminares, científicos suecos encontraron que los pacientes a quienes se había extirpado el nervio vago, que va desde el tallo cerebral hasta el abdomen, tenían marcadamente menos probabilidades de desarrollar el trastorno del movimiento que los que no se sometieron a la cirugía. Se siguió a los pacientes cinco años.

Los autores del estudio dijeron que los hallazgos sugieren que el Parkinson podría comenzar en los intestinos y propagarse al cerebro a través del nervio vago, que ayuda a controlar procesos corporales inconscientes como la frecuencia cardiaca y la digestión.

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“No nos sorprendió demasiado, dado que otras investigaciones habían mostrado evidencias de un vínculo entre los intestinos y la enfermedad de Parkinson”, señaló la doctora Karin Wirdefeldt, del Instituto Karolinska, en Estocolmo. El Parkinson es un trastorno progresivo e incurable que se origina en la falta de producción de dopamina en el cerebro, y sus síntomas incluyen temblores, rigidez y mal equilibrio.

Fatiga crónica
Científicos encontraron diferencias en las bacterias intestinales de las personas con síndrome de fatiga crónica, en comparación con sus pares sanos.

“No está claro si esas diferencias son meramente una señal del síndrome de fatiga crónica o una causa subyacente”, comentó el autor líder del estudio, el doctor W. Ian Lipkin, de la Universidad de Columbia.

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Los científicos han comenzado a observar el microbioma (comunidad de bacterias que vive en el intestino) en búsqueda de respuestas a una variedad de misterios médicos como este. (F)