Con una misa final y un encuentro del papa con los voluntarios se cierra hoy la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que durante toda la semana congregó a miles de jóvenes peregrinos en Cracovia.

En su penúltima jornada, el papa compartió la tarde de ayer un alegre y distendido almuerzo con 12 jóvenes voluntarios de la JMJ, a quienes escuchó con atención y los alentó a dar testimonio de Cristo y a “no dejarse robar la esperanza”.

Al ser preguntado sobre lo que se necesita para convertir a otros, el papa respondió: “Más que la palabra, sirve el ejemplo”, recogió el portal católico Aciprensa.

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El viernes pasado, Francisco presidió un original y moderno viacrucis con los jóvenes de todo el mundo, durante el cual clamó por los “excluidos” de todo el mundo: pobres, enfermos, presos, desempleados, perseguidos, refugiados y emigrantes.

“¿Dónde está Dios si en el mundo existe mal, si hay gente que pasa hambre, que no tiene hogar, que huye, que busca refugio?”, se interrogó el papa ante una muchedumbre variopinta de jóvenes de todas las nacionalidades reunidas en la explanada de Blonia.

“En esta tarde, Jesús, y nosotros con él, abrazamos con especial amor a nuestros hermanos sirios, que huyeron de la guerra. Los saludamos y acogemos con amor fraternal y simpatía”, reiteró el papa.

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En cada una de las estaciones, la vía de la cruz, “que no es una vía sadomasoquista”, dijo el papa, resultaba originalmente ilustrada y comentada por las organizaciones católicas de los cinco continentes encargadas de las escenografías y que incluyó, entre otras, una enorme Virgen blanca con velo azul y un Jesucristo.(I)