El papa Francisco instó ayer a los líderes católicos en el mundo a demostrar una valentía “ejemplar” no permitiendo ejecuciones este año de la Misericordia y manifestó la esperanza de que la pena de muerte sea abolida por completo.

Durante su aparición dominical en la Plaza de San Pedro, el pontífice argentino dijo a turistas y peregrinos que “el mandamiento de ‘no matarás’ tiene un valor absoluto y se aplica tanto a los inocentes como a los culpables”.

Agregó que “la opinión pública se opone cada vez más a la pena de muerte, aun como instrumento de legítima defensa social”.

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“Apelo a la conciencia de quienes gobiernan a que se convenga un consenso internacional para la abolición de la pena de muerte”, dijo el pontífice. “Y propongo a todos, entre ellos que sean católicos, a concretar un gesto valiente y ejemplar: que no se lleve a cabo ninguna ejecución durante este Año Santo de Misericordia”.

Francisco, quien en los últimos días estuvo de visita en México, esgrime el Año de Misericordia, que concluye el 20 de noviembre, para alentar a la reconciliación en el mundo.

El papa insiste en la enseñanza de la Iglesia católica, afirmada por Juan Pablo II, de que no se justifica la pena capital.

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“De hecho, las sociedades modernas tienen la posibilidad de reprimir eficientemente el crimen sin anular la posibilidad de redención de quienes lo cometen”, afirmó.

Recordó que aun los criminales tienen el derecho inviolable a la vida otorgado por Dios.

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Francisco exhortó a todos los cristianos y a la gente de buena voluntad a no solo abolir la pena de muerte sino también a mejorar las condiciones en las cárceles.

Desde el comienzo de su papado, Francisco ha insistido en que los presos deben ser tratados dignamente. Ha hecho numerosas visitas a cárceles durante sus viajes por Italia y el exterior, incluso la semana pasada en la Ciudad Juárez, en México.

Aunque asegura que no interviene en política, también ha afirmado que la gente debe atender a una conciencia “bien informada” y que los obispos locales pueden orientar a los católicos, incluso votantes, sobre cuestiones políticas.

Tomando en cuenta que la mayoría de los países predominantemente católicos de todo el mundo ya han abolido o suspendido las ejecuciones judiciales, el único lugar en donde el llamado de Francisco podría tener alguna incidencia significativa es Estados Unidos.

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Los jueces en Estados Unidos pueden autorizar ejecuciones en 31 estados o por petición del Gobierno federal.

Texas, un estado gobernado por Greg Abbot, un católico devoto, firme defensor de la pena capital, ha ejecutado a tres de los siete presos condenados a la pena capital en Estados Unidos este año.

Durante la jornada de ayer, Francisco sorprendió a los fieles al regalarles la “Misericordina Plus”, una cajita con la corona del rosario y una imagen de Jesús Misericordioso. Se trata de “una cajita que contiene la corona del rosario y una imagen de Jesús Misericordioso”, dijo el pontífice sonriente, según recogió Aciprensa. (I)