Por Sergio Pérez

Un exótico Jam session de Jazz Standards y fusión ofreció el Casal Catalá arrancando el Sergio Lázaro Jazz Trip con Sergio en guitarra, Luis Alberto Illescas, en contrabajo y la sorprendente vultuosidad del baterista Víctor Hugo Toledo.

Billy´s Bounce, de Charlie Parker, inventor del Be-Bop Jazz en los años cincuenta, abrió el recital apenas disonante en modalidad de cool swing, verdadera esencia del jazz moderno. Soleando por turnos con una digitación muy ágil de Sergio Lázaro, aminorando el tempo y Toledo comenzando a sonar como Gene Krupa pasaron a Dance Cadaverous, de Wayne Shorter, un jazz contemporáneo, contemplativo, verdadero expresionismo abstracto musical.

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Pinochio, también de Wayne Shorter, aceleró el tempo destacando la digitación de Sergio y el solo en batería de Toledo lo mostró como un tiempista extraordinario.

Un tema inédito de Sergio Lázaro y Speak no Evil, de Wayne Shorter, relajado, difuso y disperso en guitarra, obtuvo la concreción necesaria de Toledo en batería para este Spaced out Music así como la digitación de Illescas.

Sin armonías reconocibles hasta el momento, el público se acomodó para escuchar a Fiorella Cánepa cantar tonadas catalanas de influencias varias con el Rap de temas dolorosos al empezar, rapeando en catalán, con voz muy penetrante y el apoyo de Leonardo Urquía, en bongó.

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Con un timbre de fado portugués, Fiorella interpretó Postals, de Carmen Canela, y Toledo tocando en los filos metálicos la acompañó en Algua, de Elena Gardel, toda música catalana, muy bien interpretada por Fiorella en tonos totalmente fuera de lo común.

Y vino la sorpresa con la arrolladora presencia musical de Zaidecuba, tecladista afrocubano, tocando con el trío y el bongosero para poner al Casal Catalá de cabeza en un frenesí de ritmo con algo llamado Diva Nicotina, propia de Zaidecuba, que ofreció un funk extraordinario dándose el lujo de utilizar elementos de cacofonía integrados con éxito en la canción.

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Interpretó Que tengas suerte, de su disco Arroz con mango, con mucho soul cubano en la voz y con un free jamming al final, haciendo contratiempos en teclados, Zaidecuba concluyó un concierto memorable y muy divertido. (O)