Un obispo chileno, que ha sido defendido por el papa Francisco frente a quienes lo acusan de encubrir supuestamente al cura pederasta en Chile, negó que hubiera sabido de los abusos sexuales cometidos por ese sacerdote contra menores.

El obispo Juan Barros aseguró el viernes que no ayudó al padre Fernando Karadima a programar un viaje a Francia, como afirmó este último ante un tribunal.

Barros negó haber tenido conocimiento de los delitos de Karadima. “Participé varios años en la parroquia (de El Bosque), pero tal como lo he dicho otras veces, no por participar en la parroquia yo soy testigo de todo lo que pasó allí”, aseguró.

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Karadima encabezó la parroquia de El Bosque en Santiago durante casi seis décadas, antes de que salieran a la luz las denuncias de abusos en su contra en abril de 2010.

Dos meses después, el arzobispo de Santiago, el cardenal Francisco Javier Errázuriz, envió las acusaciones al Vaticano en medio de un estallido de casos de abusos sexuales cometidos por clérigos a nivel global.

Las víctimas afirman que las acusaciones contra Karadima fueron presentadas antes, pero el cardenal las ignoró.

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Errázuriz, uno de nueve cardenales del principal panel de asesores del papa, ha reconocido en testimonio ante un tribunal que no actuó ante diversas denuncias de abusos por considerarlas falsas. (I)