De pie y con sonoros aplausos, el público guayaquileño recibió a Raphael. El artista español se presentó el pasado sábado en el Centro de Convenciones con su show De amor & desamor, con el que hizo un tour por sus más exitosos temas.

El baladista, de 71 años, entró en el escenario a las 20:19, con el ritmo de Yo soy aquel de fondo. Vestido de negro, como es su característica, sonrió al público que no paraba de aclamarlo y entre los que estaban personas mayores de 30 años.

Sin decir nada, empezó a cantar Enamorado de la vida, Mi gran noche, Provocación, Despertar al amor, mientras la gente coreaba estos temas.

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Hizo un alto para saludar. “Muchas veces he venido y volveré muchas más”, dijo y seguido volvió a sacudir las emociones de los presentes con Digan lo que digan, su éxito de 1968; Se me va, La canción del trabajo, Será mejor, Te estoy queriendo tanto.

Durante su show, que duró tres horas, interpretó 34 melodías, bailó y emocionó a los asistentes con sus característicos gestos de las manos y rostro.

En el repertorio incluyó Cuando llora mi guitarra, del peruano Augusto Polo Campos, que en Ecuador fue popularizada por Julio Jaramillo.

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Durante la noche sus fans lo ovacionaron en repetidas veces, de pie. “Tengo tanta suerte de tener un gran repertorio”, les dijo, como un anuncio de que había mucho por escuchar.

Acompañado de sus cinco músicos, se despidió con Ámame, pero los espectadores pedían su retorno. Volvió y cantó Que sabe nadie. Después tomó las partituras y se marchó, mientras el público cantaba.

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El cantante volvió y expresó que había sido un placer regresar a Ecuador.

Abandonó el escenario y luego apareció con un espejo que rompió después de cantar Frente al espejo. Tras Como yo te amo, repitió el éxito Provocación y se marchó diciendo “Guayaquil, te amo tanto”. (E)