El documental Going Clear: Scientology and the Prison of Belief, el más exitoso del canal HBO en los últimos nueve años, destapa los abusos de la Iglesia de la Cienciología y denuncia las presiones que ejerce sobre sus miembros más destacados, como los actores Tom Cruise y John Travolta.

Lo hace con testimonios de personas que formaron parte del movimiento religioso durante décadas, como el cineasta canadiense Paul Haggis, que estuvo en su seno 35 años. Este admite que su baja autoestima le llevó a adentrarse “en el culto” para hacer realidad sus sueños.

“Yo era un joven de 21 años de Ontario que quería hacer documentales. Me dijeron que si les daba todo mi dinero harían posible cualquier cosa en mi vida”, afirma en la obra.

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Haggis abandonó su militancia en 2009 ante el rechazo de la organización al matrimonio entre personas del mismo sexo y en el documental asegura que dos de sus hijas fueron “acosadas” por ser lesbianas.

Otros relatos de peso los aportan el exdirigente Marty Rathbun –que consiguió la exención fiscal para la cienciología por parte del IRS (Servicio de Recaudación de Impuestos) en 1993– o el exportavoz Mike Rinder.

Según el documental, ciertos castigos pueden llegar a un punto denigrante, como fue el caso de un miembro obligado a limpiar el suelo de un cuarto de baño con su lengua, o el de la actriz Nazanin Boniadi, que tuvo que limpiar los retretes con un cepillo de dientes tras no cumplir con las tareas que se le encomendaron como nueva pareja de Tom Cruise.

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Buena parte del documental disecciona el papel de Cruise y John Travolta, posiblemente los dos miembros más famosos de la cienciología, a la hora de reclutar miembros y obtener fondos, y cómo la organización supuestamente ha controlado las vidas de ambos.

Al final del documental se explica que las peticiones de entrevistas a Cruise y Travolta para incluirlas en el documental fueron rechazadas. (I)