“Ferroviario de varias generaciones” se considera Fausto Romero Solórzano, autor del libro Los rieles del tamarindo, que fue presentado el pasado miércoles en la capital ecuatoriana.

En la novela histórica, el autor desmenuza la vida en retrospectiva del expresidente ecuatoriano Eloy Alfaro, y su historia de amor. Los relatos se inician en Guayaquil y terminan en Quito.

Según Romero, de ese modo expone a un Alfaro romántico. En la obra presenta al expresidente en varias facetas, por ejemplo, lo pone a conversar, a soñar, a fumarse un cigarro dauleño, a beber su taza de café manaba (hecha por Sansón) y a enamorarse.

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El escritor, oriundo de Pistishí, un pueblo asentado en la Nariz del Diablo (Chimborazo), dice que el haber trabajado como mensajero en el ferrocarril –y el escuchar las historias de vida de sus abuelos, bisabuelos, parientes y amigos– le permitió desarrollar de manera amena los relatos que se encuentran en Los rieles del tamarindo.

Romero manifiesta que las páginas de libro están escritas no solo con datos históricos de la época liberal, sino que se complementan con anécdotas propias del general Alfaro, como la del arroz de cebada (sopa) que nunca se comió porque contenía carne seca y no fresca, entre otras historias.

“No es una novela en donde el final está al último. Son cuentos cortos donde, en pocas hojas, se puede reír, entristecer, meditar”, refiere Romero.

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La obra se clasifica en unos 20 capítulos. En sus párrafos se mezclan narraciones sobre aves como el cóndor; el colibrí enfrentando a los liberales; el sabor de la comida y las historias de los pueblos por donde atraviesa el ferrocarril.

Romero se tomó diez años para desarrollar la novela Los rieles del tamarindo. Asegura que no fue fácil lograr la publicación del libro debido a supuestos trámites burocráticos.

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Finalmente, la editorial peruana Casa S.A. realizó la impresión de los mil ejemplares de la obra. Esta puede ser encontrada en librerías quiteñas a un costo de 15 dólares. (I)