El Vaticano negó el jueves haber obstaculizado las investigaciones sobre los crímenes de pedofilia cometidos por religiosos católicos en el mundo, coincidiendo con la audición en Ginebra ante el Comité de la ONU de Derechos del Niño.

En una entrevista a radio Vaticano, el observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, monseñor Silvano Tomasi, rebatió la acusación de las asociaciones de víctimas que consideran que la Iglesia “obstaculizó el trabajo de la justicia” contra los curas pedófilos.

También en declaraciones a Radio Vaticano, el padre Federico Lombardi, portavoz del papa Francisco, quiso deslindar las competencias de la Santa Sede en la aplicación de la Convención de la ONU de los Derechos del Niño, en vigor desde 1990.

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Si bien la Santa Sede es parte de la Convención, “la Iglesia católica, en tanto que comunidad de fieles católicos dispersos por el mundo, no es parte de esta de ninguna manera, y sus miembros están sujetos a las legislaciones de los Estados en los que viven y trabajan”, afirmó.

Según el portavoz, “el derecho canónico propio de la Iglesia católica es muy diferente de las leyes civiles de los estados”. “La Santa Sede, por lo tanto, y en virtud de la Convención, no está obligada a responder a las demandas de información relativas a investigaciones efectuadas en base al derecho canónico”. Lombardi justifica así la negativa del Vaticano a responder al cuestionario que le envió en julio el comité de la ONU.

Un documento obtenido por la Associated Press ayer reveló que el papa emérito Benedicto XVI destituyó a casi 400 sacerdotes por abusar sexualmente de niños. Estas estadísticas del 2011 y 2012 son las primeras cifras divulgadas por el Vaticano de sacerdotes destituidos.