La Policía británica descartó este martes la reapertura de una investigación sobre la muerte de la princesa Diana en un accidente de tránsito en París en 1997, después de examinar una acusación que afirmaba que el comando de élite SAS (Servicio Especial Aéreo) estaba implicado en su muerte.

La Policía de Londres dijo que no hay "pruebas creíbles" de que las fuerzas especiales británicas estuvieran involucradas en la muerte de lady Di y de su novio, Dodi al Fayed.

Scotland Yard expresó en un comunicado este martes que tuvo acceso sin precedentes a los registros oficiales de las fuerzas especiales británicas. Señaló que su conclusión fue tomada tras interrogar a varias personas, cuyas identidades no facilitó, y de revisar los archivos relacionados con el caso.

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"Aunque existe la posibilidad de que podrían haberse hecho los supuestos comentarios en relación con la implicación del SAS en las muertes, no hay pruebas creíbles que apoyen una teoría de que estas denuncias tenían alguna base en realidad", dijo la Policía en un comunicado.

La policía concluyó que "no hay fundamentos fehacientes sobre los que abrir ninguna investigación criminal".

El funeral de Diana, que se había divorciado del heredero al trono, el príncipe Carlos en 1996, sacó a multitudes enormes a las calles de Londres.

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Cuando el asunto parecía cerrado, el pasado 17 de agosto la policía británica emitió un comunicado en el que informaba de que evaluaría la "relevancia y credibilidad" de datos nuevos recibidos acerca de la muerte de lady Di, exesposa de Carlos de Inglaterra y madre de los príncipes Guillermo y Enrique.

Los reportes de medios en aquel momento dijeron que la Policía había entregado información nueva de los suegros de un ex soldado.

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Sin detallar la procedencia de los datos, Scotland Yard dijo entonces que intentaría determinar el alcance de esa información.

Diana, Dodi y su conductor, Henri Paul, fallecieron en un accidente automovilístico en París el 31 de agosto de 1997, mientras era perseguida por fotógrafos.

El padre de Dodi, Mohammed al Fayed, ex propietario de los grandes almacenes Harrods, denunció que la pareja murió tras una orden de la clase dirigente británica.

En diciembre de 2006, un informe policial llegó a la conclusión de que no existían pruebas que apuntaran a la posibilidad del asesinato, a la misma que llegaron los investigadores franceses.

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Otra pesquisa judicial abierta en Londres en 2007 responsabilizó de lo ocurrido al estado de embriaguez del conductor, Henri Paul, y también culpó a los fotógrafos.

Una investigación en Londres en 2008 dijo que Henri Paul y los fotógrafos eran los culpables de las muertes ocurridas el 31 de agosto en un túnel en París, pero después continuaron las especulaciones en los diarios sensacionalistas británicos sobre un complot de asesinato.