Por: Gourman elgourman@gmail.com

La raza humana, tal como la conocemos hoy en día, nace entre Irán y Egipto, siendo los primeros lugares poblados del mundo las tierras que están comprendidas entre estos dos pueblos, pasando por Líbano, Israel, Jordania, Siria e Irak.

Es importante entender que además de ser la cuna de la raza humana, en el norte de la Península arábiga se establecieron las primeras rutas comerciales entre Asia, sobre todo China e India, y Europa.

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Al no existir aún el Socialismo del siglo XXI, el comercio pudo florecer, dando lugar a una de las cocinas con mayor mezcla y por lo tanto riqueza del mundo, al tomar prestados elementos tanto del Mediterráneo como de la India.

Estamos muy acostumbrados a ciertos platos de esta gastronomía gracias a la migración que hubo en el siglo pasado, sobre todo hacia el Puerto Principal, básicamente de Líbano y Siria. Es ahora difícil entender la dieta del ecuatoriano promedio sin, por ejemplo, quipes o shawarmas

La calle Víctor Emilio Estrada, en Urdesa, y la principal de Entre Ríos, en la avenida Samborondón, tienen más de una docena de restaurantes de comida árabe.

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Sin embargo, la mayoría pueden calificarse casi como de comida rápida Esta cocina es sumamente laboriosa, con procesos complicados que requieren mucho tiempo.

Hace poco tiempo encontramos uno nuevo, Petra, ubicado en la avenida Samborondón, frente al centro comercial Plaza Nova. Han hecho un esfuerzo interesante en su decoración. Pueden encontrarse las típicas mesas bajas en que uno casi debe comer de rodillas, como en muchas zonas rurales de aquellos países. Los detalles nos transportan a las mil y una noches.

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El menú es pequeño, con los platos más típicos y menos sofisticados de esta cocina.

Las dos veces que hemos ido intentamos pedir el plato uzi, que es arroz con cordero, almendras, nuez de marañón, envuelto en masa con aderezo de yogur, pero en ninguna de las ocasiones estuvo disponible.

Lo sustituimos por el plato masaf, que es también arroz con cordero, con almendras, nuez de marañón y yogur. No nos sorprendió. El plato no fue generoso en cordero y se quedó corto en especias.

Probamos el plato Petra, que consiste en porciones pequeñas de shawarma, tabule, falafel, humus, kippes y hojas de uva. Estas últimas estuvieron un tanto secas, quizá sobrecocinadas.

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De este plato, el falafel nos gustó. Lo último pedido fue rico: el plato de kebab. Es un pincho de carne, por lo general de cordero, muy especiado, con comino, ajo, pimienta, canela, cúrcuma, cardamomo y hasta culantro.

El restaurante tiene postres y buen café árabes, que es lo que más nos gustó del sitio. (O)