“Me dije que solo iba a jugar un rato antes de irme a trabajar. Lo siguiente que supe fue que estaba en una espiral sin fin que terminó a las dos de la mañana con una mochila de dinosaurio que había comprado con plata de verdad”.

Esta revelación del analista de videojuegos Steve Asarch es una muy acabada definición del videojuego de moda: Fortnite.

Fortnite combina la construcción de edificios, juegos de primera persona y, sobre todo, se puede participar cambiando de un dispositivo a otro.

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Desde julio del año pasado, cuando la empresa Epic Games lanzó su versión definitiva, Fornite (y su modo Battle Royale) marcó varios récords en el mundo digital: 3,4 millones de personas jugando al mismo tiempo y cerca de 45 millones de usuarios en todo el mundo.

Pero, sobre todo, la dimensión del fenómeno se encuentra en el dinero recaudado: $ 126 millones nada más en febrero por ventas dentro de la propia app, teniendo en cuenta que la aplicación es gratuita. Tras seis años de desarrollo, Epic Games presentó Fornite en julio del 2017.

Se trata de un juego de supervivencia en cooperación con otros jugadores, que además permite construir estructuras con materiales que se hallan en su universo virtual.

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Su modo más popular es Battle Royale, en el que 100 jugadores se enfrentan entre sí para ver quién es el último sobreviviente.

Una primera versión de este videojuego un grupo de supervivientes se unía vía online (cada usuario era un personaje) para mantenerse a salvo de los ataques de zombis que planean conquistar la tierra.

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“Es como jugar Minecraft, solo que aquí puedes matar zombis u otros jugadores”, señaló Aja Romano, experto de videojuegos del portal de noticias Vox.

El juego es gratis y fue lanzado para las consolas de Xbox y Play-Station y las plataformas de software Windows y Mac. (I)