Su diseño es versátil, es sismorresistente y su funcionalidad permite ampliar su estructura sin millonarias inversiones.

El concepto de vivienda móvil en contenedores refrigerados (reefer) propone una construcción sustentable, que al igual que una casa tradicional cubre las necesidades básicas pero con una visión moderna de hábitat.

En Estados Unidos, Australia, Holanda, Polonia, Ámsterdam o Francia, los contenedores han dado forma a residencias estudiantiles, centros de salud, viviendas sociales e incluso hoteles. En Ecuador ya existen proyectos inmobiliarios que apuestan por este tipo de construcciones (en Guayaquil y la vía a Daule se prevén espacios comerciales con este tipo de estructuras).

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Incluso, el año pasado, el Municipio de la ciudad donó casas contenedores para un grupo de damnificados del terremoto en Manabí.

“Este container tiene dos placas, en el exterior e interior, de acero inoxidable. En medio, una pared de polietileno expandido que aísla el calor, el ruido y frío”, explica la arquitecta Loraine Noritz, quien trabaja en esta propuesta a nivel local.

Noritz, máster en planificación del territorio y gestión ambiental, aplica diseños sustentables en los que respeta la naturaleza en el entorno de sus construcciones.

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Desde hace ocho años, explica, ha desarrollado estos proyectos. Sus viviendas móviles, detalla, tienen 12 m (largo) por 2,50 m (ancho) y 2,40 m (alto), con un área total de 42 m².

La casa tiene en sus ambientes dos habitaciones, baño compartido (ducha, inodoro y lavamanos), sala, cocina tipo americano y área de balcón.

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Para asentar este tipo de construcción, el comprador debe disponer de un terreno mínimo de 12 m x 5 m, con toma de agua potable y energía eléctrica.

El precio de estas viviendas, con capacidad para cuatro personas, es de $ 15.000. Si se desea expandir el espacio (con más contenedores), el costo varía.

“Pueden hacerse estructuras de tres niveles, y se pueden combinar los contenedores, de diversas formas, para crear diseños más dinámicos que permitan crecer en espacios”, señala Noritz. (I)