Por Gourman

Es el nuevo restaurante en Plaza Navona, vecino a Gourmet Market. Lo mejor del local es su decoración. Un sitio muy cálido y cómodo, cuyos detalles han sido pensados, planeados y bien ejecutados. Mezcla de colores tierra con elementos como paredes forradas de madera de pino, sillas cómodas con líneas modernas y materiales rústicos, o nichos de colores en una pared, continuando hasta el techo, donde espejos en recuadros de madera dan amplitud, creando la sensación de grandes espacios.

El servicio es tremendamente eficiente y gentil. Aunque no había muchos comensales, la eficacia, esmero y entrenamiento de nuestro mesero es de destacar. El restaurante se especializa en carnes. Y tiene una buena variedad en su menú.

Publicidad

Lamentablemente, este es otro negocio más que implementa la política de tres dígitos de margen en el licor. El margen en la cerveza nacional es del 400% y en vinos va desde más del 100%, al 250%.

Por ejemplo, un Concha y Toro Reservado, cuyo precio al distribuidor es de $ 10, cuesta $ 25.

Entre las tres opciones de hamburguesas con carne Angus, escogimos la Venecia Burger, con piña asada en leña, queso fundido y salsa honey chipotle, acompañado con papas fritas y col. Para ser carne Angus, y costar $ 13, el plato nos quedó debiendo. Sin embargo, estuvo bien. En pollos y pescados tienen una carta muy clásica, pechuga de pollo rellena, salmón a la leña, pulpo grillado o tuna marinada. En carnes de res, la variedad es mucho mayor. Rib eye, New York strip, T-bone, costillas barbacue, chuletas de cerdo, entre otros. Confieso que pedí muy rápido, sin ver todas las opciones. Leyendo más detenidamente, sin duda me hubiera decidido por una bondiola de cerdo braseada con cerveza negra y miel. Pero pedimos el Houston top sirloin steak, coronado con mantequilla de hierbas. No podré saber nunca qué tal estuvo, pues no pudimos probarlo ya que lo pedimos término medio y vino totalmente cocido.

Publicidad

El risottode queso es peculiar. Fue la guarnición. El sabor y la textura fueron distintos al risotto clásico. Este más bien era un puré de arroz, generoso en queso. No estaba mal, pero no era risotto. Si cambiara de nombre, no generaría la expectativa al paladar de un plato con sabor conocido. Con hambre, cambiamos nuestro Houston top sirloin steak totalmente cocido y seco por un Texas strip roast, que es una tira de asado a la leña con chimichurri. Vino rápidamente. Ninguna de las dos carnes tenía un grosor ideal, en parte, quizá una de las causas de que los términos en el restaurante tiendan a la sobrecocción. Esta vez, la carne tampoco estuvo término medio, sino entre tres cuartos y bien cocida, por lo que tampoco la pudimos probar y la devolvimos. No puedo así juzgar la calidad de los platos, solo los términos, los cuales no son acertados. Los precios no son bajos, por lo que uno espera platos perfectos.

Un lindo restaurante que tiene que trabajar más su cocina. (O)