Hace poco más de una semana la empresa Apple presentó el teléfono más avanzado de su portafolio: el iPhone X, en honor a los diez años que cumple el terminal desde el lanzamiento de su modelo original.

El modelo X es una máquina en todo su esplendor. Un diseño renovado, pantalla frontal sin botones físicos, un procesador de 6 núcleos capaz de competir con el de una laptop, doble cámara principal, un display OLED HDR, carga inalámbrica; en fin, el tope de la gama.

Tim Cook, CEO de Apple, dijo durante la presentación de este modelo que estábamos frente al futuro de los teléfonos. Pero qué tan cierta es esta afirmación. Si analizamos el mercado actual de smartphones, esto no parece tan cierto.

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Ya a principios de este año, Samsung presentó su S8 en el cual ya se veía una pantalla sin bordes OLED. Más adelante, este mismo año, la coreana lanzó su Note 8 con un display similar y con HDR incluido.

En el caso de la cámara dual, también hay diferentes marcas que ya la incluían. Otra coreana, LG, la tiene en su G6, el modelo tope de gama que también está disponible en Ecuador. Una de las fortalezas de otro modelo, el Google Pixel (presentado en octubre del año pasado) también es este tipo de cámara.

El reconocimiento facial, si bien no es el mismo, ya se viene manejando desde 2016 con el G4 de LG. Es cierto que la tecnología de Apple ha sido mejorada y ahora funciona en 3D; sin embargo, su aplicación no es para nada nueva.

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Otra de las características de iPhone X es que tiene una función para poder cargar su batería de manera inalámbrica. Pero Samsung lleva tiempo ofreciendo esta tecnología en sus terminales, sobre todo en su familia S y Note. También cuentan con ella varios modelos de LG, Lenovo, Blackberry y Windows Phone.

Hay que reconocer que las características del iPhone X son realmente asombrosas; no obstante, no pueden considerarse como novedosas.

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Apple se ha caracterizado por presentar dispositivos a prueba de falla, es decir, solo le agregan un característica si comprueban que el hardware es capaz de soportarlo y utilizarlo sin afectar el desempeño general.

Habrá quien esté dispuesto a pagar $ 1.000 por este teléfono, pero seguramente también estarán los que busquen algún Android que les proponga lo mismo por un precio mucho menor. ¡Que la batalla de los fanboys comience! (I)