Carolina Herrera cree que la moda es “arte en movimiento”, así que, naturalmente, uno de sus lugares predilectos para mostrar su ropa es un museo. El espacio al aire libre con fuentes efervescentes del Museo de Arte Moderno (MoMA) sirvió esta semana como telón de fondo para su elegante colección de fiesta inspirada en los años 80.

Hubo telas a cuadros y muchas mangas abombadas, grandes hombreras, lunares de colores y cinturas sujetadas con enormes lazos. Las lentejuelas imperaron.

La emblemática camisa blanca de Herrera también hizo una aparición en la pasarela, esta vez con un profundo cuello en V, mangas dramáticas y una falda envolvente a cuadros. Sin embargo, evitó su usual camisa de botones en favor de un conjunto negro. (I)