El aparato en oferta resulta ser un devorador de energía, la nueva tecnología en realidad no funciona: muchas veces hay sorpresas cuando uno compra un celular, una televisión o una nevera. Seis cuestiones para tener en cuenta:

La trampa de la batería
Los dispositivos móviles como smartphones y tablets vienen a menudo con una batería no intercambiable, que si se rompe solo puede manipular un experto con herramientas especiales. “Las baterías desgastadas son a menudo una razón para comprarse un aparato nuevo, y eso no es sostenible”, critica Margrit Lingner, de la revista PC Magazin. Es algo que ocurre con smartphones, pero también con rasuradoras o cepillos de dientes con baterías.

Usar y tirar
Las lámparas led son una ventaja respecto de las lamparillas incandescentes, porque generan menos calor y más luz con menos consumo de energía. Pero si las lámparas no son independientes del aparato, cuando se funden hay que tirarlo entero. Las lamparillas llevan indicaciones sobre su probable duración en horas, pero otro tipo de aparatos no, por lo que cuando uno los compra realmente no sabe cuánto van a durar.

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El precio se paga con el uso
Cada vez se conoce más este truco, pero sigue existiendo. Hay empresas que prácticamente regalan sus productos, porque con lo que hacen dinero es con los insumos para poder usarlos. Un ejemplo son las impresoras de chorro de tinta para las que los cartuchos cuestan una fortuna, o los cepillos de dientes eléctricos (con los repuestos) o las cafeteras (cápsulas). Es una buena idea, por tanto, informarse antes de comprar el aparato si, además de los originales, se consiguen repuestos de otras marcas más baratos.

Costes colaterales
Un refrigerador o una lavadora baratos pueden resultar caros a lo largo del tiempo si consumen demasiado. Por eso hay que mirar la eficiencia energética y el consumo de agua y electricidad anuales. Es posible que se pague más al principio, pero al final se acabe ahorrando.

Detalles molestos
Con las nuevas tecnología a veces hay sorpresas desagradables. Peter Knaak, redactor en la organización de defensa del consumidor Stiftung Warentest de Berlín, acaba de hacer pruebas con televisores curvos, la nueva moda del sector. “En estos modelos hay casi siempre reflejos molestos. Con los modelos tradicionales, uno lo solucionaba girándolos, pero con estos no”. Otras veces son el zumbido del aparato o los pitidos los que vuelven loco al usuario, o bien algunas de sus luces. Puede resultar útil leer las opiniones de otros usuarios en los foros. Si hay muchos comentarios al respecto, no se trata de un caso aislado sino de un error de fabricación, así que mejor probar el dispositivo antes de adquirirlo.

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Materiales que apestan
El aspecto es bonito, pero el aparato huele extraño. La causa pueden ser partes plásticas, aislamientos o coberturas. ¿Puede tratarse además de sustancias dañinas? Algunas sustancias huelen mucho, pero no son peligrosas hasta que llegan a ciertas concentraciones muy altas, tranquiliza el Ministerio de Medio Ambiente alemán. (I)