¿Quién se queda con mi automóvil? ¿Y la casa? ¿Mis mascotas? Muchas personas organizan su herencia para cuando ya no estén, pero lo digital en general se deja abandonado, casi nadie se ocupa de disponer qué se debe hacer con sus cuentas en Internet tras la muerte.

¿Qué cuentas tenía? Ya sea Facebook, Ebay, Freemail o portales de citas, la mayoría de las personas tienen varias cuentas online. Si el fallecido no ha dejado ninguna lista, es difícil ubicarlas. Hay que hacer trabajo detectivesco, como buscar su nombre en redes sociales a ver si aparece, lo cual no da acceso a las cuentas pero permite saber que existen. En los contratos y facturas también se puede encontrar información sobre las cuentas, por ejemplo, en portales comerciales de Internet como Amazon. Es muy útil poder tener acceso a la cuenta decorreo lo que a su vez permite buscar datos de otras, por lo general los mails de confirmación de registro. También es posible acceder a cuentas de las que se desconoce la contraseña mediante del e-mail.

Acceder a una cuenta de e-mail Si el fallecido entraba a Thunderbird o Outlook directamente desde la computadora, no hay problema. Pero si se usaba la versión web, puede que haya que poner unas claves que se desconocen. Ciertas empresas piden un documento que certifique que uno es heredero del fallecido. El buzón de e-mail forma parte de la herencia. Los familiares pueden seguir administrando la cuenta. Para anular un contrato basta el certificado de defunción, pero la cuenta online sigue existiendo.

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¿Qué exigen las empresas? En muchos casos el certificado de defunción basta, pero no siempre. Se pide el de herencia y algunas compañías internacionales incluso requieren traducciones certificadas de los documentos.

Certificado de herencia En general, es lógico que sea así, porque un certificado de defunción no es suficiente para cerrar una cuenta. Puede pasar que quienes tengan este certificado no sean los herederos designados por el fallecido. Una alternativa es una carta de poder que la persona haya dejado a un pariente y en la que se incluya la administración de sus cuentas online.

Cuentas que no se encuentran Si se trata de abonos, los herederos se enterarán a más tardar con la carta de pago, y entonces pueden cerrarlas. No ocurre así con las gratuitas, pero muchos servicios de e-mail, por ejemplo, las cierran tras seis meses inactivas. Después de eso pueden ser reactivadas por otros seis meses a prueba antes de ser cerradas definitivamente y borrados los datos.

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Google, por ejemplo, ofrece un administrador de cuentas inactivas, pero hay que establecerlo antes de la muerte. Si la cuenta deja de usarse cierto tiempo, la firma contacta con una o dos personas elegidas con anterioridad y que pueden acceder a los datos si el usuario así lo ha determinado.

¿Cerrar cuenta de Facebook? Es suficiente con enviar el certificado de defunción escaneado para cerrar la cuenta o transformarla en una en memoria de la persona. Una alternativa es un testamento y un anuncio de defunción. (I)