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El estudiante resultó herido en las manifestaciones del 15 de septiembre del 2011 y murió en abril de 2019.
Fue estudiante del colegio Mejía. En una protesta recibió un impacto de bomba lacrimógena.
La voz de Édison no se ha silenciado, dijo en el acto Manuel Cosíos, padre del joven fallecido.
En su afán por el pensamiento único, el megalómano coartó las libertades, hostigó a los críticos, persiguió a la prensa, criminalizó la protesta social. Pero hubo estudiantes que no lo aceptaron. Que resistieron.
La Sociedad de Egresados del colegio Mejía 2019 - 2021 informó del fallecimiento de Édison Cosíos, exestudiante del Mejía, que fue impactado por una bomba lacrimógena en una protesta estudiantil durante el gobierno de Rafael Correa.
Mamá de estudiante herido en protesta hace seis años pide cita a Moreno y que se retome atención.
La familia de Édison Cosíos piensa volver a las calles para pedir justicia o indemnización, porque él necesita atención y ellos viven del sueldo del padre que cubre los servicios básicos y para “medio vivir”.
El joven que fue herido en 2011 con una bomba lacrimógena durante una protesta estudiantil, salió del área de terapia intensiva.
La marcha convocada para hoy por dirigentes sindicales, organizaciones indígenas y un sector de estudiantes no altera la jornada escolar en todo el país.
El teniente de Policía (sp) Hernán Salazar Narváez, quien fue condenado a cinco años de cárcel por impactar con una bomba lacrimógena en la cabeza del estudiante del colegio Mejía Édison Cosíos, se entregó ayer a la Policía Judicial (PJ) de Pichincha para cumplir la pena.
El exmiembro de la Policía Nacional fue sentenciado a 5 años de prisión. Esta tarde, se definirá el centro donde cumplirá la condena.
En el 2011, durante una protesta estudiantil, un joven, que entonces tenía 17 años, fue impactado por una bomba lacrimógena que le destruyó el 65% del cerebro. Hoy, pese al daño irreversible, recupera su movilidad corporal.
La defensa de Hernán Salazar, el expolicía que fue encontrado culpable de impactar con una bomba lacrimógena a Édison Cosíos, espera que la sentencia se ejecutoríe para interponer recursos a nivel internacional.
Eran los primeros días de junio de este año y Vilma Pineda conversaba con una de las enfermeras que cuidan a su hijo Édison Cosíos sobre qué era lo que le gustaba hacer antes de que perdiera el 65% de su masa cerebral tras ser impactado por una bomba lacrimógena en una protesta estudiantil.
Es esta ocasión, los agentes policiales no utilizaron gas lacrimógeno, y solo se valieron de las motos para rodear a los jóvenes y disolver la protesta.