Fachada del edificio del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) en Quito. Alfredo Cárdenas/ EL UNIVERSO. Foto: El Universo



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Lectores tildan de despilfarro del Consejo Nacional Electoral la contratación por $ 4′463.174 para campaña de candidatos a vocal del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.


Franklin Esmeraldas

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Es una barbaridad que se utilicen los recursos del Estado (de todos los ciudadanos) en algo tan inútil, cuando hay carencias.

Los políticos, candidatos, deberían gastar con su propio bolsillo, a ver si existe por lo menos uno que quiera “sacrificarse” por la patria. Pero mientras no reclamemos nuestros derechos a ser consultados si estamos o no de acuerdo en que se utilice así nuestro dinero, nos seguirá yendo mal. (O)

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Fausto Moscoso Ochoa

Solo en un país del tercer mundo se puede ver tamaña demencia de ese gasto, que no debería pasar de los $300, para comunicar en un periódico de la ciudad la lista de los candidatos. (O)


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Irma Valarezo

¡Más de $ 4 millones destinarían solamente para producir y difundir la campaña de candidatos a vocal del Consejo de Participación Ciudadana! ¡Qué desperdicio de tanta plata!

El dinero sobra en el Ecuador para los politiqueros que no hacen nada por sacar adelante al pueblo ecuatoriano, que se muere sin pensión jubilar digna. (O)


José Ortoneda Sánchez

Me parece que, habiendo muchas otras necesidades urgentes del pueblo ecuatoriano, es algo que no se debe gastar en campañas políticas de cualquier índole.

Los productos en general subieron tremendamente por causas que todos conocemos y aún no han bajado. ¿Por qué mejor no se utilizan esos millones en algo que permita que los ciudadanos adquieran los alimentos a bajo costo en los mercados de cada ciudad de la patria; o se hace alguna gestión para que los costos de lo más necesario bajen a un precio correcto sin que se perjudique nadie? A esa campaña para nombrar vocal que se le destine lo menos posible de dinero. (O)


Rosa María Medina

Causa iras que para campañas políticas de cualquier institución pública resbala la plata, pero nunca hay nada para pagar las pensiones a los jubilados, pagar las deudas del IESS a clínicas, construir escuelas, rehabilitar a niños y jóvenes drogados, comprar medicinas para los hospitales, construir centros residenciales para personas adultas de la tercera edad que vivan bajo cuidados de seguridad, medicina, nutrición; para comprar chalecos, cascos, aumentar el sueldo a los policías y de los recolectores de basura, etc. (O)