Ante los roba cables, roba metales de obras públicas y chamberos que causan en ciudades cortes de energía, basura esparcida, degeneración urbana, se debe sancionar, educar, emprender.


Álex Xavier León Ramírez

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Es evidente que no todos los individuos alcanzarán sus metas dentro de la sociedad, o solo lo conseguirán parcialmente; las consecuencias pueden ir desde una aceptación resignada y una adaptación al medio, hasta la aparición de conductas desviadas tendientes a alcanzar aquellos fines por métodos no legales.

Las causas son múltiples, mala situación económica y familia destruida contribuyen. La vida social crea una serie de aspiraciones y expectativas que luego la propia estructura social es incapaz de satisfacer, ello da origen a una serie de frustraciones individuales o colectivas que generan mecanismos de rechazo, conductas desviadas y marginaciones. En ese ambiente, la formación del menor de edad en delincuente es fácil, porque todo lo conduce a la conducta viciosa. Es común en este medio establecer vinculación con personas adultas inmorales bajo cuyo dominio caen, siendo objetos de una verdadera persecución para conducirlos por sendas del vicio y la mala vida. Salir de esa situación es una utopía. Todo el espectro que he esbozado es, en síntesis, el desgarrador cuadro que observamos en muchas de nuestras urbes, culpa de nuestra sociedad en muchos casos por falta de organización y de capacidad que no ofrece a la inmensa mayoría de la población una condición de existencia que garantice mínima dignidad y eficaz protección. El centro del problema no puede ser transformado y erradicado por normas jurídicas. (O)


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José Ernesto Ortoneda

Poner mano dura a delincuentes que no quieren a sus ciudades, no les importa causar daño perjudicando a los ciudadanos. Las autoridades deben tomar cartas en el asunto de que esto se ha hecho costumbre y sancionar a los que roban y a los que compran cosas robadas, implantando controles.

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Cada barrio debe tener guardianía barrial y evitar robos con la colaboración de todos los moradores. (O)


Ketty L. de Garcés

Tienen autoridades, maestros y familias que educar.

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Hay que educar en barrios, centros de estudio, campañas de medios; meter presos a los que roban y dañan las ciudades, a los que compran cosas robadas; emprender proyectos estatales para contratar en trabajos dignos y capacitar a recicladores, chamberos, informales, desempleados. No dañar el ornato de ciudades. (O)