Parecía lejano el día en que se pudiera volver a circular por las calles sin mascarilla. El anuncio oficial lo hizo el presidente Guillermo Lasso el pasado jueves 28 de abril: en Ecuador se elimina el uso obligatorio de la mascarilla en espacios abiertos y cerrados.

Las reacciones han sido tanto de alivio como de preocupación; luego de dos años y dos meses de pandemia, unos se alegran y otros advierten que aún hay riesgo de contraer el coronavirus. El Comité de Operaciones de Emergencia (COE) de Guayaquil ha decidido mantener el uso obligatorio de mascarilla en el transporte público urbano, aulas, hospitales, centros de salud, espacios laborales, mercados, supermercados y centros comerciales.

Quienes muestran reparo para prescindir de la protección de la mascarilla argumentan que China batalla contra nuevos brotes de COVID-19. Y aunque es cierto que la tendencia en el mundo es levantar las restricciones y eliminar la exigencia de las medidas de bioseguridad, aún la OMS no ha anunciado el fin de la pandemia.

Publicidad

En Ecuador, el 29 de febrero de 2020, mediante pruebas se confirmaba el primer paciente con COVID-19. El 12 de marzo se declaró la emergencia sanitaria y cinco días después se restringía la movilidad para tratar de contener la propagación del SARS-CoV-2, que aumentaba en el mundo.

Cómo olvidar el confinamiento, salidas puntuales para comprar alimentos, la emisión de salvoconductos para los trabajadores esenciales, el colapso de los hospitales, los fallecimientos que sobrepasaban toda logística y los oportunistas que obtenían ganancias con prácticas corruptas en medio de la angustia y la tragedia.

Las medidas de bioseguridad –uso correcto de la mascarilla, la desinfección de manos y el distanciamiento social– han sido clave para atenuar la epidemia, complementadas con la aplicación de las vacunas. Ahora, el coronavirus tiene muy baja incidencia de contagio. Pero es de esperar que las personas que aún no lo han hecho atiendan la recomendación de aplicarse el refuerzo de la vacuna, para beneficio personal y comunitario. (O)