Los grupos de personas con rasgos en común que los cohesionan —costumbres, valores, roles, estatus social, perspectivas, ubicación geográfica, etcétera— constituyen comunidades con fuertes razones para actuar en unidad por la defensa de sus intereses.

En estos momentos de transición hacia la recuperación, con reducidos contagios de COVID-19 gracias a la vacunación, se impone que las comunidades, ante las protestas y el feriado, asuman su responsabilidad para evitar nuevos brotes.

La ciudadanía debe estar clara: no se puede asegurar que hayamos entrado en una fase pospandemia. En un lugar o en otro surgen nuevos brotes; los casos más recientes son Rusia y China, países que a pesar de contar con vacuna propia reportan nuevos contagios de COVID-19.

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Este domingo, en Guayaquil, durante el partido entre Emelec y Barcelona se registraron desmanes y enfrentamientos de hinchas. La ministra de Salud dijo que se le impidió al personal del Ministerio de Salud que realizara el control de carnés de vacunación o certificados de pruebas PCR antes del ingreso al estadio Capwell. Y está por confirmarse si se respetó el aforo del 50 % que había sido aprobado por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE).

Dirigentes indígenas y sindicales —en rechazo a los nuevos precios de los combustibles, adoptados para suspender el incremento mensual— han previsto marchas progresivas a partir de hoy. Se concentrarán en varios puntos del país para expresar su descontento.

Esas jornadas, según el presidente del Frente Popular, comprenderán el mitin, el plantón y la marcha, sin descartar “acciones más elevadas si el Gobierno no entiende que debe retroceder en su política”.

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Las diversas comunidades —sean deportivas, gremiales, de índole cultural, geográfica, del sector comercial o turístico y demás— deben valorar con cuidado la posibilidad de que ocurran nuevos contagios si no se respetan los aforos y el distanciamiento social recomendados, teniendo en cuenta que aún hay personas que no han decidido vacunarse. (O)