¿Qué porcentaje de la sociedad participa de actos reñidos con la ley? Esos que redundan en inseguridad, deteriorando la calidad de vida de la ciudadanía en general.

Es importante plantearse esa pregunta para tratar de hallar mecanismos de concienciación masiva, de manera que no solo las autoridades combatan su práctica, sino que también la ciudadanía cuestione su rol en el afianzamiento de la delincuencia y la corrupción, que parecen no detener su crecimiento.

El miércoles, el Gobierno de Estados Unidos incluyó a Ecuador en una lista de 22 países de mayor tránsito o producción de drogas ilícitas a escala mundial. Y ayer se conoció que su embajada en Ecuador difundió una alerta de seguridad para advertir a sus colaboradores de la representación diplomática, incluyendo el Consulado de Guayaquil y sus familiares, que eviten circular por el sur de esta ciudad debido a los recientes hechos de violencia registrados en la urbe.

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Como consecuencia del tránsito de drogas por nuestro país hacia mercados internacionales, una parte se queda para el microtráfico, que ha dado lugar no solo a que se capten nuevos consumidores entre jóvenes adolescentes, sino a que la competencia por dominar las zonas de distribución y venta de dosis ocasione enfrentamientos entre bandas, sicariato y otras formas de delincuencia asociadas a esa actividad, además del problema de salud pública de la dependencia a substancias sujetas a fiscalización. Las muertes violentas relacionadas ya suman 442 en lo que va de este año.

El deterioro social se expande y trae como consecuencia que las zonas se vuelvan peligrosas, que las personas las eviten, que los negocios bajen en ventas e incluso cierren o que se atente contra la vida de quienes se resisten a un asalto.

Se requiere una intervención social, trabajar en concienciación y prevención, dando opciones de empleo, de actividades recreativas y formación para rescatar las zonas que se han vuelto peligrosas. (O)