La situación en cada cantón de la provincia de Esmeraldas es distinta, pero grave. En la capital de la provincia dicen que a Esmeraldas le ganó la delincuencia. Extorsiones, asesinatos, robos y balaceras se volvieron cotidianos. En las redes sociales, los ciudadanos exponen videos de sujetos con armas cortas y largas que se enfrentan en pleno día, y cómo los negocios cierran y la gente corre a sus casas a refugiarse.

El enfrentamiento entre bandas criminales no solo ocasiona que se maten “entre ellos”, como dijera algún excomandante policial, sino que tiene en estado de pánico a los habitantes, además de perjudicar al comercio y el turismo. La situación es desesperante y precisa de acciones interinstitucionales coordinadas, y urgentes, para que se sienta la presencia del Estado. Uno de nuestros columnistas plantea que el ministro del Interior se establezca en Esmeraldas y desarrolle sus labores desde ahí, para que pueda palpar la angustia del pueblo esmeraldeño.

“En la cárcel hay 1.500 tiguerones; afuera en los barrios hay de 3.000 a 4.000. No es una bandita nomás, para mí esto es un cartel que se está formando aquí, ellos tienen una estructura que recluta”.

‘Si no hacemos nada, esto se volverá tierra de nadie’, dice jefe policial ante el acelerado incremento de muertes violentas y robos en Esmeraldas

Los residentes en Esmeraldas ligan parte de esta situación a Los Tiguerones, una banda que no solo controla la cárcel de la ciudad, sino que opera con miembros en los barrios y ciudadelas. Eso lo corrobora el comandante de Policía de la Subzona de Esmeraldas, quien en una entrevista concedida a NotiMundo habló de las dimensiones del problema. No se trata de una simple banda, pues “en la cárcel hay 1.500 tiguerones; afuera en los barrios hay de 3.000 a 4.000. No es una bandita nomás, para mí esto es un cartel que se está formando aquí, ellos tienen una estructura que recluta”, precisó.

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Ambiente de zozobra en Esmeraldas tras amenazas difundidas en redes sociales antes de dos sepelios

La Policía en Esmeraldas conoce que adolescentes están siendo reclutados por Los Tiguerones como parte de su expansión. Los reclutamientos ocurren también en los colegios, donde han logrado infiltrarse miembros de la banda. Los ciudadanos han pasado de la zozobra al miedo, y así no se puede seguir. Es gravísimo. El Estado debe recuperar el control de los colegios, de los barrios, de la cárcel... Para eso tiene que tener suficiente presencia en Esmeraldas y capacidad operativa. (O)