“La vida no vale nada cuando otros se están matando. Y yo sigo aquí cantando, cual si no pasara nada”. Ese fragmento del tema de Pablo Milanés parecería representar tristemente lo que pasa en Ecuador. La primera parte dibuja a asesinos, sicarios, delincuentes capaces de matar por un celular o unos dólares y la segunda a los responsables de brindar seguridad, a los que anuncian acciones, detienen a unos cuántos..., insuficiente, porque la violencia no para.

¿Cuánto vale una vida? La tarde del miércoles en la vía Manta-Montecristi asesinaron al periodista Gerardo Delgado Olmedo. Según las primeras investigaciones, uno de los detenidos por este caso habría confesado que les ofrecieron dos mil dólares como pago por el crimen.

Es el pago por un crimen, pero no es el valor de una vida. En este caso, un trabajador de la comunicación. Y como él un joven de 27 años asesinado en la vía a Daule el jueves. ¿Cuántos más mueren en manos de delincuentes? De enero al 10 de agosto de 2022 el país cuenta 2.509 homicidios intencionales, según registros del Ministerio de Gobierno.

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En esa cifra están incluidos los casos de sicariato y femicidios, todos tan dolorosos como los crímenes por robo... en todos hay más de una víctima: quien muere y las familias devastadas por la pérdida.

“La vida no vale nada si escucho un grito mortal y no es capaz de tocar mi corazón”, continúa el tema de Milanés. Que la justicia reaccione y escuche ese grito mortal.

Todas las muertes deben tener una resolución. Si es ajuste de cuentas como se repite, no debe quedar al aire porque en esos ajustes pueden caer inocentes; si se trata de reacción a los golpes al narcotráfico, debe detenerse y condenar a los responsables. Las leyes hay que cumplirlas y si hay que reformarlas hacerlo, pero no seguir cantando cual si no pasara nada porque la vida no es un tema de Milanés y tiene valor, tanto que la Constitución, que los representantes del Ejecutivo, Legislativo y Poder Judicial juraron respetar, la garantiza. (O)