El presidente Guillermo Lasso se convierte en el cuarto mandatario de Ecuador en ser enjuiciado políticamente. Ya es oficial, el Consejo de Administración Legislativa (CAL) dio inicio al trámite para el procesamiento del jefe de Estado.

Después de Neptalí Bonifaz, en 1932; Juan de Dios Martínez Mera, en 1933, y Carlos Julio Arosemena Monroy, en 1962, Ecuador verá a Guillermo Lasso enfrentar la causal única con la que antes la Corte Constitucional (CC) admitió la solicitud: supuesto peculado.

Sin apuros, la próxima semana empezará cuenta regresiva del juicio político al presidente Guillermo Lasso, acusado de presunto peculado

El proceso no será corto. Puede tomar 45 días entre informes, notificaciones, descargos, debates y resolución, según contempla la Ley Orgánica de la Función Legislativa. Durante ese tiempo, como ya se ha observado, en los primeros trámites para el enjuiciamiento político, las declaraciones de los actores irán en aumento.

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Es totalmente válido que quienes –con este mecanismo constitucional– buscan la destitución del presidente expongan argumentos y pruebas, y no tiene menos derecho Guillermo Lasso de hacer una defensa firme, presentar sus descargos y que estos sean revisados sin cargas ideológicas sino con el peso de la verdad y la justicia.

Asamblea Nacional inicia trámite de juicio político al presidente Guillermo lasso

Si el procesamiento es procedente o no es una discusión constitucional que la historia juzgará, pero la realidad de hoy es que el país es espectador de un juicio político que espera se desarrolle con transparencia, que pesen las evidencias contundentes y no los intereses de quienes están de paso por el poder.

La inestabilidad política no es una receta que haya sido efectiva para el progreso, ralentiza el crecimiento en general y todos sufren sus efectos.

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Aspirar a una actuación seria de los políticos es la opción, aunque pueda parecer cándido. La Asamblea Nacional no tiene la mejor reputación y credibilidad entre los ecuatorianos, el presidente tampoco está en su mejor momento. Con este juicio pueden salir fortalecidos y esperar la censura implacable de los ciudadanos cuando vuelvan a las urnas si la memoria no se vuelve frágil. (O)