Son de temer las implicaciones que tiene para el país que una obra de $ 3.311,5 millones, que debe tener una vida útil de 50 años, construida para cubrir el 30 % de su demanda de energía eléctrica limpia y renovable, presente fallas que no han podido ser subsanadas en cinco intentos.

También es de temer que pese a que se develan irregularidades, se las ignore. Solo tres de nueve integrantes de la Comisión Especializada de Fiscalización de la Asamblea votaron a favor del informe presentado, que recomendaba al actual Gobierno no recibir la obra por fallos estructurales, irregularidades en su fiscalización y en la firma del contrato detectados durante la investigación que tomó un año y se respalda con datos técnicos en 400 páginas.

La central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair es una de las obras emblemáticas del correísmo. Fue inaugurada el 18 de noviembre del 2016 por el entonces vicepresidente Jorge Glas –hoy en prisión–, quien figuró en calidad de testigo de honor en la firma del contrato de préstamo en 2010 cuando era ministro coordinador de Sectores Estratégicos. Según el informe de fiscalización liderado por el asambleísta Fernando Villavicencio, los ductos de distribución o caracoles de la hidroeléctrica presentaron fisuras desde el 2015; desde el 2018 se han duplicado y ya son 17.499. De los informes técnicos a partir de los que se elaboraron las conclusiones y recomendaciones del informe de fiscalización se desprende que existen “graves problemas estructurales, que son insubsanables”, esto hace presumir que puedan seguir aumentando las fisuras y tal vez la central no alcance el plazo de vida útil estimado.

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Construida por la empresa china Sinohydro, con una inversión declarada de $ 2.245 millones, y estando por concluir en noviembre el plazo para reclamar la responsabilidad de la empresa fiscalizadora, de la que se señala un presunto conflicto de intereses con un ministro en funciones, es de esperar que la ciudadanía no olvide este episodio protagonizado por quienes dicen representar en la Asamblea los intereses del pueblo. (O)