El 13 de agosto de 2022 en esta columna se reprocharon los asesinatos violentos, el sicariato, las extorsiones y las tibias acciones ante la brutal delincuencia, más allá de la explicación del Gobierno respecto a que se trata de la reacción de grupos de narcotráfico ante las cifras récord de incautaciones.

Solo un día después, el 14 de agosto, Guayaquil amanece con la marca del terror en uno de los barrios que ha establecido una tradición de fe entre los católicos, se llama Cristo del Consuelo, el mismo nombre de la reconocida procesión del Viernes Santo. Una explosión en la Décima y la H, bautizada como la calle 8, donde conciertos y fiestas también han hecho popular al sector, causa 5 muertos y 17 heridos, según cifras oficiales. La zona no ha sido una isla de paz, pero episodios como este tampoco han sido noticia aquí.

Comensales y conductores de taxis informales, entre los cinco muertos tras atentado con explosivos en el Cristo del Consuelo; una de las víctimas tenía antecedentes penales

Dos hombres llegaron en moto y lanzaron un saco cerca de un comedor, al poco tiempo se produjo la explosión en sector del Cristo del Consuelo

Uno de los ataques con explosivos que causaron alarma en Ecuador ocurrió en enero de 2018 a casi 600 kilómetros de Guayaquil, en el fronterizo San Lorenzo, Esmeraldas, y a pesar de la potencia contra un destacamento policial, no hubo muertos, sí 28 heridos. Le siguieron varios hechos contra miembros y entidades de la Fuerza Pública. Un equipo periodístico que cubría las incidencias fue secuestrado y asesinado y se lo atribuyó a grupos disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

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Ahora, apenas empiezan las investigaciones. El ministro Patricio Carrillo señala como responsables a “mercenarios del crimen organizado, que han narcotizado la economía durante mucho tiempo” y añade que estos le han declarado la guerra al Estado. El régimen ofrece una recompensa de hasta 10.000 dólares a quien dé información sobre el atentado.

Una vez más exhortamos a todas las autoridades, a todas las funciones del Estado a unirse en acciones para que Guayaquil y el país no continúen desangrándose. Cada uno debe cumplir sus funciones y sumar por el bienestar de la Patria. Nuestras audiencias, nuestros lectores, el Ecuador demandan no vivir con terror. (O)