Situaciones adversas suelen producir oportunidades para determinados sectores. El teletrabajo y la educación recibida en casa a través de modalidad virtual, en el contexto de la pandemia de COVID-19, incrementaron la demanda de equipos telemáticos. En nuestro país aumentó la importación de computadoras en el 62,3% y el ensamble local de notebooks se multiplicó.

En muchos hogares donde se teletrabaja y teleestudia se ha debido adecuar el presupuesto para adquirir equipos telemáticos y para el pago mensual de planes de internet. Esta inversión podría ser aprovechada adicionalmente para que más miembros del hogar accedan a conocimientos no estandarizados.

Organizaciones sin fines de lucro, instituciones educativas, corporaciones con sentido de responsabilidad social, entre otras, dan acceso a contenido que favorecen el aprendizaje y el crecimiento personal que, aunque no otorga créditos educativos, sí potencia la posibilidad de que el acceso a nuevos conocimientos genere acciones conducentes a varias formas de desarrollo o de progreso.

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Desde las direcciones de Educación y Cultura de los municipios podrían reorientarse esfuerzos para transmitir nociones de nutrición, hábitos que favorecen la salubridad, educación financiera básica, urbanidad, civismo, etcétera, explicando cómo contribuyen al bienestar familiar y colectivo, que rebasa el alcance local. Las posibilidades son muy amplias y no faltarán usuarios que las sepan aprovechar.

En los últimos años, el acceso a equipos telemáticos ha ido en aumento. En algunos países se ha liberado de aranceles su importación para favorecer el acercamiento de los ciudadanos a la información y conocimiento disponible en internet.

En Guayaquil está en marcha un programa para dar mayor cobertura de conectividad gratuita en sectores populares y se proyecta entregar tablets cada año a más estudiantes. Esta capacidad podría verse potenciada si se usa para –además de acceder a educación estandarizada– dar acceso a formación complementaria. (O)