Se pudiera pensar que tras casi dos años de vivir en pandemia, por el COVID-19, la experiencia acumulada tendría que haber revestido de prudencia y mesura a las autoridades para enfrentar las arremetidas del virus.

Sin embargo, en nuestro país, la presencia de la variante ómicron, causante de un repunte acelerado de contagios entre mediados de diciembre y enero, ha supuesto anuncios y desacuerdos entre autoridades que causan perplejidad.

Las cifras en 2020, 2021 y ahora en 2022 no han podido reflejar de manera fidedigna y oportuna los contagios. Tampoco se puede asegurar que las instituciones del Estado han podido suplir las necesidades de los afectados, por insuficiencia de recursos. Miles de empleos se perdieron, las ventas bajaron, a los emprendedores les cuesta sostenerse y la población anhela el oxígeno que le proveería la reactivación económica. Mientras tanto, muchísima gente hace malabares para subsistir.

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Cada familia en el contexto de la pandemia tiene necesidades diferentes. En lo relativo a la educación, algunos padres de estudiantes necesitan que sus hijos vayan a clases presenciales, mientras otros prefieren que sigan en clases telemáticas.

Ante la recomendación de expertos y de organismos, como la Unicef, de la necesidad imperiosa de que los estudiantes retornen a clases presenciales, la ministra de Educación —que tiene la competencia en ese ámbito— autorizó a los establecimientos que estén en condiciones de hacerlo a que reciban de manera presencial a los estudiantes cuyos padres den su consentimiento. No obstante, la Alcaldía de Guayaquil ha clausurado seis planteles fiscales y dos privados por no acoger la disposición del COE cantonal de mantener las aulas cerradas, lo que ha ocasionado que se interpongan acciones legales.

La ministra María Brown sostiene que en Guayaquil más de 700 planteles tienen el Plan Institucional de Continuidad Educativa aprobado, y que los padres de 112.531 estudiantes han autorizado que retornen a la presencialidad. La revisión de las acciones legales no debe demorar. (O)