¿Sabe la población ecuatoriana cómo prevenir y responder a la violencia contra las mujeres y niñas? Muchas veces, no protestar contra las diversas formas de violencia que se presencian es parte de esa tolerancia que abona a la perpetuación de condiciones de vida que deberían ser rechazadas a todo pulmón.

Cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, con el objetivo de denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en el mundo y reclamar políticas en todos los países para su erradicación. Siendo los resultados de las políticas públicas más cercanas cuando se ejercen desde los gobiernos locales, es deseable que estos los presenten cada año resaltando los avances logrados.

En segundo lugar cabe llamar la atención de las organizaciones locales que trabajan por la defensa de los derechos humanos, para que se impliquen de manera más activa en la consecución del objetivo de erradicación de la violencia contra la mujer, pues la violencia que se ejerce de forma cotidiana contra niñas, adolescentes, jóvenes, adultas y adultas mayores es una violación grave de los derechos humanos, que deja secuelas en un importante segmento de la población, lo que repercute en su calidad de vida y en la de quienes las rodean. En otras palabras, al cuidar de ellas la sociedad entera está cuidando de sí misma.

Publicidad

Y ese deber cívico y moral también tiene implicaciones económicas prácticas, porque al reducir los niveles de violencia contra mujeres y niñas (que van del maltrato psicológico o físico hasta las violaciones y asesinatos) se evita que haya víctimas cuya atención conlleva altos costos asociados en atención médica, servicios sociales y jurídicos hasta pérdidas de productividad que redundan en obstáculos para el desarrollo. Por donde se mire, concentrarse en trabajar de manera activa por erradicar la violencia contra mujeres y niñas es altamente beneficioso en todos los sentidos, y para ello es preciso cambiar actitudes y comprometerse. (O)