¿Vieron en la televisión el antes y después en Yutzupino? Un área antes virgen, hoy desnudada, la capa vegetal extraída, 70 retroexcavadoras trabajando día y noche en búsqueda de oro, echando al río el agua con químicos y desechos orgánicos. La operación militar la habría motivado la advertencia peruana de demandar al Ecuador por el daño ecológico causado aguas abajo del Napo.

No se trata de un par de desesperados hurgando pepitas armados con cedazo, pico y pala. Esto es una mafia de bolsillos profundos que se enriquece con base en irrespetar las normas ambientales, hacer caso omiso del Código del Trabajo, defraudación fiscal.

El escenario se repite en Ponce Enríquez, en Zaruma. En 2019 las fuerzas del orden desmantelaron una explotación ilegal en Buenos Aires, Imbabura y desalojaron a 5.000 personas; encontraron cadáveres. En 2020 en Los Ajos, San Lorenzo, Esmeraldas, un deslave en una mina ilegal enterró 8 mineros ilegales.

Comparemos Yutzupino con una mina legal también aurífera: Fruta del Norte. Ahí se trabaja con respeto al ambiente, túneles para reducir la afectación superficial, afilian trabajadores, pagan impuestos, registran exportaciones.

Un ejecutivo minero de la vertiente occidental de los Andes narraba que cuando comenzaron los trabajos, en la zona de influencia solo había 4 afiliados al IESS. La empresa contrató trabajadores, compró localmente bienes y servicios, pero exigiendo a los proveedores RUC y que afilien a sus empleados. Hoy en esa zona hay una naciente economía formal.

Existen algunas minas pequeñas que operan dentro del marco legal, pero solo hay dos grandes minas legales en operación. Son aquellas cuya viabilidad fue establecida por la febril actividad minera que respondió a la ley de Gustavo Noboa de hace 20 años. Pero en 2008 la Asamblea de Montecristi prohibió la minería (o sea, vía libre a la ilegal). La reabrió Rafael Correa en 2015, como respuesta a la caída del precio del petróleo, pero la volvió a cerrar parcialmente Lenín Moreno en febrero de 2018. Hoy vuelve a reabrirse, aunque de manera parsimoniosa. Recién en el último trimestre se receptarán nuevas solicitudes de concesión.

En un estudio que hemos realizado como Grupo Spurrier, identificamos diez proyectos que están en distintas etapas de desarrollo, pero cuya viabilidad ya se ha establecido. Sumados a los dos en explotación hemos determinado que cuando estén en plena ejecución generarían $ 2.000 millones anuales en rentas para el fisco, además de unos $ 350 millones anuales para inversión social en las zonas mineras. De no haber interferido la Asamblea de Montecristi, ya estarían en producción estos diez proyectos, y no hubiera sido necesario el reciente garrotazo a la clase profesional ni el impuesto temporal al patrimonio. De no haber sido por el cierre del catastro por cuatro años en el gobierno de Moreno, ya habría más proyectos viables, y el estudio hubiera determinado que la renta minera continuaría creciendo hasta adentrada la siguiente década.

Yutzupino es el presente de la minería del país, y también será su futuro si se impone la coalición non sancta de ambientalistas radicales, de los atemorizados que la minería legal afecte las fuentes de agua, los mineros ilegales y los poderosos tras ellos. (O)