Hace veinte años nos sorprendía el éxito de “los tigres del sudeste asiático” (Singapur, Corea del Sur, Taiwán y Hong Kong), logrado en la segunda mitad del siglo XX. Aumentaron cantidad y valor unitario de sus exportaciones, globalizaron sus marcas e incrementaron el nivel de vida de sus poblaciones. Un buen número de países apostó entonces por reforzar la promoción de sus exportaciones, la internacionalización de sus cadenas de suministros y la suscripción de acuerdo de comercio entre naciones y entre bloques regionales. Hoy, veinte años después, estas iniciativas muestran una diversidad de resultados.
Vietnam pasó de exportar 16.700 millones de dólares en el 2002, a exportar 335.792 millones de dólares en el 2021 (Centro de Comercio Internacional de las Naciones Unidas), para una tasa de incremento de 1.910 %. Más interesante aún es notar los motores de este crecimiento. En el 2002 el 70 % de las exportaciones de Vietnam provenían de petróleo y derivados (21 %), productos agropecuarios primarios (19 %), maquilas de ropa y zapatos (27 %) y maquinaria eléctrica y electrónica (3 %). En el 2021, en cambio, el 70 % de sus exportaciones consistieron en maquinaria, partes y equipos mecánicos, eléctricos y electrónicos (46 %), maquila de ropa y zapatos (14 %) y muebles, hierro y acero y plásticos (10 %). En este período, su PIB por habitante subió de $ 435 (2002) a $ 3.756 (2021), aumentando 763 %, y la inversión extranjera ha fluctuado entre 2.000 y 20.000 millones de dólares anuales, aproximadamente. Además, la tasa de incidencia de la pobreza disminuyó del 29 % al 6 % en el 2018 (Banco Mundial).
Las incógnitas del TLC con China
Hace veinte años Ecuador empezaba a vivir dolarizado. Pese a perder la devaluación como factor de competitividad, las exportaciones crecieron entre 2002 y 2022, de 5.000 millones de dólares a más de 32.658 millones (549 % de incremento). En el 2002, el 80 % de las exportaciones ecuatorianas provenían de petróleo (41 %) y productos del agro, la pesca y acuacultura (39 %). En el 2022, las exportaciones petroleras bajaron al 35 % del total y los productos del agro, pesca y camarón ocuparon el 45 % de las exportaciones anuales. Esto último fue motivado principalmente por el crecimiento de las exportaciones de camarón y demás productos alimenticios, tradicionales y no tradicionales que han destacado en la última década. Paralelamente, en estos veinte años Ecuador ha pasado de un PIB per cápita de $ 2.184 en el 2002 a $ 6.321 en el 2022, lo cual muestra un aumento del 189 %. Vamos bien, pero podríamos ir mejor y más rápido.
Argentina debate la dolarización
Lo expuesto obliga a renovar nuestro viejo compromiso con la diversificación de exportaciones hacia productos de mayor valor agregado. Sin embargo, debe ser apoyado desde múltiples ámbitos: transformación de la educación técnica y tecnológica y de las intervenciones de fomento productivo en los sectores de mayor potencial, compaginadas con políticas de apertura comercial, promoción de inversiones y simplificación burocrática, entre otros grandes retos. Que podamos acordar planes a largo plazo. Que sea compromiso para los siguientes veinte años. (O)