Los institutos Cato y Fraser acaban de publicar la séptima edición anual del Índice de Libertad Humana. Esta publicación pretende medir la libertad humana, entendida esta como el derecho de cada individuo a vivir su vida como desee, siempre y cuando respete el mismo derecho de otros. Es decir, la ausencia de coerción.

Los autores —Ian Vásquez, Fred McMahon, Ryan Murphy y Guillermina Sutter Schneider— explican que optaron por este concepto referido usualmente como “libertad negativa” puesto que esta significa lo mismo para casi todos, mientras que la “libertad positiva” —derivada de limitantes físicos, naturales o de otra persona parada en su camino— “es más probable que signifique distintas cosas para distintas personas y por lo tanto no puede ser medida independientemente de los objetivos que ideologías o grupos en conflicto puedan identificar con la libertad”.

El índice reúne 82 indicadores de libertades personales y económicas, clasificados en 12 categorías. Para ilustrar la diversidad de los indicadores mencionaré tan solo algunos: el Estado de derecho, la libertad de movimiento, de religión, asociación y expresión, de comerciar a través de las fronteras, así como también de tener relaciones íntimas y familiares con otros. El índice comprende 165 jurisdicciones que contienen 92,5 % de la población mundial.

En una escala que va desde 0 a 10, donde 10 representa más libertad, el puntaje promedio del mundo en 2019 fue de 7,12. Los autores del índice señalan que 83 % de la población mundial reside en jurisdicciones que han experimentado un declive de libertad desde 2008. Solo 17 % de la población mundial vive en jurisdicciones donde sucedió lo contrario. Las regiones donde más cayó la libertad entre 2008 y 2019 son el Medio Oriente/África del Norte (6,08 a 5,75) y América Latina y el Caribe (7,53 a 7,44).

La distribución de libertad alrededor del mundo es desigual y la brecha se ha venido incrementando. Solo 14,6 % de la población mundial reside en el cuartil más libre de los observados en el índice, mientras que 40,3 % reside en el cuartil menos libre.

¿Qué hay de Ecuador? Mientras que en 2008 se ubicaba en la posición 83, en 2019 obtuvo la posición 72 del ranking. Si vemos la evolución entre 2008 y 2019, el puntaje del país cayó año tras año entre 2008 y 2014 (desde 7,13 hasta 6,87) y luego empezó a recuperarse notablemente, incluso superando su puntaje inicial (desde 6,87 hasta 7,43). En 2019, las categorías en las que Ecuador obtuvo su puntaje más bajo fueron las de libertades económicas y Estado de derecho.

Los hallazgos de este informe son importantes pues pretenden facilitar la tarea pendiente de explorar las interacciones entre la libertad humana y cuestiones como la democracia, el bienestar humano según distintos indicadores. Además, es una herramienta útil para que los investigadores analicen cómo se relacionan entre sí las distintas libertades.

Será interesante ver cómo la pandemia que se inició en 2020 afectó la libertad alrededor del mundo, aunque no debería sorprendernos que esta sufra un declive. Lamentablemente, las personas solemos sacrificar libertad en aras de una supuesta seguridad. Pero no olvidar que el declive, en muchas partes, antecede al COVID-19. (O)