Estaba ofuscada. Ahora que están en clases presenciales constata que sus colegas estudiantes no tratan de igual a igual a sus pares que estudian Trabajo Social. Ellos, los importantes, estudian Economía, Leyes, Medicina, Arquitectura. Hay estudiantes y estudiantes, aunque todos estén en la misma universidad y casi todos estudian la misma cantidad de años.

Los directores de orquesta se preparan, los trabajadores sociales no se improvisan.

Las carreras sociales, en concreto trabajo social, parecen destinadas a quienes no pueden estudiar carreras más complejas…

Les pregunté a amigos: ¿Qué harías si tu único hijo, excelente estudiante y abanderado del colegio, te dice que quiere estudiar Trabajo Social? Me sentiría frustrado e intentaría convencerlo de que estudie carreras con mayor estatus y con mejores posibilidades de progreso económico, aunque si estudia Trabajo Social podría hacer una maestría en Recursos Humanos y ahí el futuro es otro…

Otros respondían: Es una profesión que se puede ejercer en casi todos los países donde sí son valorados y por lo tanto ahora que muchos desean migrar podría ser una profesión interesante.

En el país pedimos con urgencia que se intervenga en las áreas sociales, necesitamos profesionales en esas áreas, que tienen que ver con una mejor calidad de vida y la atención a las necesidades básicas insatisfechas. Pero se considera que cualquiera puede ocuparse de ellas, no requiere profesionales específicos…

Tengo preguntas sin respuesta. Cuando el trabajador social desempeña sus funciones en empresas que le pagan por sus servicios, es difícil mantener independencia y lograr que se preste atención a los más vulnerables. Recuerdo a una alumna que llegaba extenuada a las clases en la universidad. Se pasaba el día atendiendo roles de pagos, números sin rostro en que defendía los intereses económicos de la empresa que no siempre coincidían con la justicia en relación al empleado. O la pregunta de otra futura profesional, preocupada porque un trabajador que estaba en vacaciones fue a la empresa, se cayó en un hueco que había en el patio y se fracturó la pierna. Sostenía que la empresa no debía hacerse cargo de ningún gasto porque no estaba trabajando.

Motivo de una discusión grupal fue la exposición de una estudiante que ejercía de jefa de personal en una empresa grande de restaurantes. Dos trabajadores se habían enamorado y trabajaban juntos en un mismo local, el reglamento interno lo prohibía, así que iba a despedir a uno de los dos. Claro que hay más soluciones, pero lo que a mí me llamaba la atención era que la causa fuera el estar enamorados. Y pregunté, pasan la mayor parte del día juntos, ¿dónde más se pueden enamorar si trabajan también los fines de semana? El amor no es un obstáculo para hacer las cosas bien, puede ser el motivo que permite abordar la vida, el trabajo, con alegría y entusiasmo.

Abordar con eficiencia los grandes problemas humanos necesita de personas que puedan ayudar a encontrar soluciones a los problemas de la justicia tanto en la cotidianidad de la vida como en contextos grupales y globales. Tal un director de orquesta que conoce los diferentes instrumentos y logra que funcionen en armonía y juntos produzcan una obra de arte que es de todos y de cada uno.

Los directores de orquesta se preparan, los trabajadores sociales no se improvisan. (O)