Cerca de cuatro millones de usuarios. O, lo que es igual, al menos uno de cada cuatro habitantes. Esa sería de momento la cifra en Ecuador de quienes usan la mundialmente popular aplicación TikTok, de origen chino, y cuyo algoritmo está obligando a hacer cambios profundos a las demás. Tal crecimiento, de acuerdo a mediciones que pude ver, es del 42 % anual aquí, frente al 10 u 11 % de otras redes que, a pesar de su juventud, presentan una prematura vejez en preferencias digitales.

Así las cosas, no debemos menos que estar atentos a los cambios trascendentales que Meta, como ahora se llama la empresa de Mark Zuckerberg, anunció recientemente para su aplicación mimada, Facebook, la de “los viejitos”, que transformará su experiencia al dar prioridad a videos elegidos algorítmicamente de manera más similar a TikTok, al tiempo que desviará el contenido publicado por familiares, amigos y grupos a una fuente lateral separada.

Estamos entonces ante lo que los expertos llaman un cambio de era: de las conexiones, como eje principal, a los intereses, con prioridad en el consumo. Tal decisión hará que Facebook deje prácticamente de ser una red social y se convierta en una plataforma de entretenimiento y compras, como TikTok, que no se ha cansado de desafiar el dominio de Facebook en la participación de los usuarios y la publicidad móvil.

La versión oficial de Meta es que los cambios están destinados a dar a las audiencias más control sobre lo que ven y descubren en la aplicación. Pero, coincidencia o no, sucede justo cuando crece la presión regulatoria sobre las redes sociales, que busca priorizar la privacidad de los datos y asumir una mayor responsabilidad por la información errónea. Coincidencia o no, se empieza a desinvertir en sus productos de noticias para apoyar a más creadores. También, coincidencia o no, ocurre justo cuando TikTok da saltos notorios en las preferencias de la generación Z.

... lo cierto es que nunca antes había sido tan sencillo para cualquiera crear contenido como el que cuelgan en esa red...

Facebook comenzará a verse y sentirse mucho más como un motor de descubrimiento de contenido y productos que como una red social. Y ni qué decir de Instagram, la otra red mimada de Zuckerberg, la que nació priorizando fotos de los millenials y algunos centenials, que sin ruborizarse ha comenzado también una agresiva imitación de TikTok, algo que su vocero administrativo no ha negado al explicar que centrará su camino en los videos porque es el contenido más compartido en la actualidad.

La paradoja de todo esto es que Facebook pasó años construyendo la red más grande del mundo, con casi 3.000 millones de usuarios. Pero esa montaña de datos, que solía considerarse el mayor activo de Facebook, y que incluso en su momento la pusieron en la mira de quienes investigaban una manipulación en las elecciones de EE. UU., es ahora un activo convertido en un lastre en medio de medidas enérgicas pro privacidad.

Y, bueno, de TikTok, la ahora “más deseada”, podrá decirse que banaliza. Que su contenido es superficial, intrascendente. Pero lo cierto es que nunca antes había sido tan sencillo para cualquiera crear contenido como el que cuelgan en esa red, y que sea tan fácilmente aceptado y multiplicado. Ojo. (O)