El desarrollo económico nacional debe fortalecer las capacidades y potencialidades de cada zona o sector de producción, por ejemplo, si hablamos del cacao sabremos que debemos colocar énfasis en el desarrollo de la zona correspondiente a las provincias de Guayas, Los Ríos, Manabí, Esmeraldas, El Oro y Santa Elena, cuyo aporte a la producción a nivel nacional bordea el 80 %.

Podemos avizorar que la falencia más notable dentro del crecimiento económico del país es el tratamiento deficiente de la materia prima que se extrae, o de su refinamiento para elaborar productos manufacturados. Esto, en el ámbito de la agricultura, la ganadería, la pesca, y otros sectores que son parte importante de la base fundamental de la economía nacional. Analizando un caso aún más puntual, podemos ver que en Esmeraldas el ganado vacuno lidera el sector pecuario, existiendo en esa provincia el 7,38 % del total nacional. Esto implica 309.469 cabezas de ganado vacuno. Con estas cifras, las autoridades deberían estar obligadas a mantener, mejorar y hacer más eficientes los procesos locales para la producción de carne, leche y otros insumos derivados de este sector. La mejor estrategia es la tecnificación de los procesos.

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La tecnificación resulta en transformar los procesos que hasta ahora se dan, por la inclusión de herramientas modernas, que permitan el aprovechamiento de los recursos de manera eficiente, controlada, que para el caso puntual analizado corresponde a mejorar las condiciones de vida de los animales y reducir los precios en la cadena de costes de la producción, dando un mayor valor agregado al producto y aliviando la economía del cliente final.

Hoy, gracias a los avances de la tecnología, disponemos de un sistema de cercas eléctricas, el cual es una solución práctica y muy económica para obtener máximas ganancias de las subdivisiones de potreros, de manera que puedan ser mejor aprovechados, que los animales estén en una mejor condición y las utilidades para el productor son mayores.

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Un aspecto importante para considerar es la seguridad de los animales y la mejora en su condición física y psicológica, imprescindible para que sus productos sean de calidad para optimizar su oportunidad de exportación y para mejorar la calidad de vida del mercado local. Esta idea ha sido aplicada en países como Estados Unidos, Brasil, China, Argentina, entre otros, los cuales han entendido que de la condición física y mental de las reses depende en gran medida la calidad de sus productos, y hoy en día son los mayores exportadores de carne a nivel mundial.

Iniciativas como esta, y muchas soluciones técnicas más, deben ser normadas e impulsadas por los gobiernos locales y nacionales, en aras de lograr un desarrollo económico e industrial adecuado. (O)