La expresión, con la palabra completa, se repite frente al imaginario de que se ordene que Jorge Glas sea llevado a un centro de privación de libertad para cumplir condenas de veinte años (+-) que con prelibertad, cuando proceda, no serían menos de ocho años, más un tiempo de medidas sustitutivas, después de que ilícitamente fue puesto en libertad el domingo 10 de abril del 2022.

A la pregunta “¿Podría creerse que aquello pueda producirse?”, la respuesta dominante de los interrogados ha sido “sería coj.do si no se escapa antes”. A más de que Glas no admite haber cometido delito alguno, la libertad es libertad, y él se va a aferrar a esta, más si se la dieron ilícitamente, para su absoluta libre circulación dentro del territorio nacional, sin grillete ni restricción alguna. El “aunque usted no lo crea” de Ripley, se cumplió con Glas.

Lo único que no podría hacer es salir por espacios bajo control migratorio, pero puede abiertamente ir a una sede diplomática –como lo hizo la exministra Duarte, para ingresar a la embajada argentina– y no salir de esa sede, o usar uno de los tantos pasos fronterizos no formales para salir del Ecuador.

Por otro lado, se publicitó que se suscribió el jueves 21 de abril del 2022, en la Presidencia de la Corte Nacional de Justicia, la petición de extradición contra el expresidente Correa, con base en varios instrumentos, entre estos, el convenio de extradición entre Ecuador y Bélgica de 1887, pero parecería que el Comisariado General de Refugiados y Apátridas (CGRS) de Bélgica, domicilio actual de Correa, unido en matrimonio con la ciudadana belga Ann Malherbede, el pasado 15 de abril del 2022 le otorgó el estatus de refugiado en ese país, donde ya residía desde el 2017. Correa se burla de las autoridades del Ecuador, señalando que esperaron que tenga el carácter de refugiado político, para pedir la extradición.

Y podrían citarse otros casos de miedo. ¿Orden jurídico, político y ético fallido en el Ecuador?

Se espera decisiones del presidente Lasso que impidan la percepción de que impera o seguirá subsistiendo lo que no se votó en abril del 2021.

Se ha decidido y hecho cosas de aplaudir, pero también hay fallas muy sensibles, que aun afectan –y aun en lo cotidiano– a la calidad de vida.

No sólo se trata de esperar nueva normativa de inversiones u opciones de régimen laboral –y otras leyes– que acusa el Gobierno que la Asamblea no le permitió.

El discurso de gobernar para los más pobres no es suficiente, porque un Gobierno no es sólo para los paupérrimos. Hay segmentos medios en lo social y económico que por moras generalizadas en pagos y por retenciones tributarias están asfixiados. La seguridad social está cuasiquebrada.

Todos los pasivos del sector público deben transparentarse aun cuando no puedan cubrirse inmediatamente. La acumulación de deudas para con proveedores, por cientos de millones de dólares, es propicia para la corrupción.

Ayer, domingo 24 de abril, se cumplieron 11 meses del Gobierno del 24 de mayo del 2021. En el mes que falta para cumplir el año, puede avanzarse en aceleraciones y rectificaciones. Lo esperamos, presidente Lasso. (O)