Con el nombramiento de Pablo Arosemena a Finanzas el presidente Lasso completa un nuevo equipo monetario-financiero para su segundo año, con Guillermo Avellán en el Banco Central y Francisco Briones en el SRI. Son tres jóvenes profesionales formados en la Fundación Ecuador Libre, tanque de pensamiento fundado y auspiciado por Guillermo Lasso.

Los bancos de inversión ven con preocupación que el Gobierno sufrió intentos de desestabilización paralelos.

En su programación para llegar a la Presidencia, Lasso empezó creando sus futuros cuadros. Ha llegado el momento para que esos cuadros como equipo tomen control del manejo macroeconómico y ejecuten las políticas públicas que inspiran a la fundación.

Para su primer año, Guillermo Lasso se propuso poner orden en las finanzas públicas, y nombró ministro a Simón Cueva, quien cumplió a cabalidad su cometido. Cueva es socialdemócrata, no comparte la ideología de Ecuador Libre, por lo que el arreglo de las finanzas públicas se caracterizó por un muy fuerte aumento de impuestos, uno temporal a las empresas y personas de fuerte patrimonio, y otro a la renta de la clase media alta, con el propósito secundario de reducir las diferencias en ingresos. Al equilibrio fiscal contribuyeron de manera decisiva el excelente precio del petróleo y la austeridad en la inversión pública.

La ideología de Ecuador Libre no es más impuestos, todo lo contrario, se decanta por menores impuestos, pero cobrando a los evasores. Busca equilibrio fiscal con el menor consumo de las administraciones públicas, que los fondos públicos vayan para servicios a los más necesitados y no para el mantenimiento de la frondosa burocracia. Habrá que ver cuánto éxito tiene Briones en cobrar a los evasores y Arosemena en reducir la burocracia.

Un problema que enfrentarán las autoridades es el cierre de los mercados financieros, con el elevadísimo riesgo país. Los bancos de inversión ven con enorme preocupación que el Gobierno sufrió intentos de desestabilización paralelos, en las calles de Leonidas Iza y sus disciplinadas bases indígenas, y en la Asamblea del correísmo. A lo que se suma que, dentro de un mes, Colombia deja de ser el principal aliado regional y pasa a apoyar a Rafael Correa en sus intentos de desestabilización. Hay la posibilidad de que el tándem Iza/Correa intente nuevamente defenestrar a Lasso o, en todo caso, que el populismo o el marxismo andino capten el poder en 2025. En uno u otro caso, peligra que el Ecuador cumpla con los términos de la deuda restructurada. Eso es lo que está atrás del altísimo riesgo país.

He ahí el reto de Guillermo Lasso. Del segundo año en adelante, la meta del Gobierno ya no es reducir al máximo el déficit fiscal, sino ser más eficiente en el uso de la liquidez fiscal en apoyo de las grandes mayorías. Aumentar la producción petrolera, para tener mayores recursos económicos. Extender los permisos ambientales para que se inicien los trabajos mineros que dan empleo en zonas empobrecidas de la Sierra y Amazonía. Expeditar las alianzas público-privadas para que se reactive la obra pública: Marcelo Cabrera renunció argumentando que no le asignaban los fondos para obras.

Con avance en estos frentes, la evaluación que la población hace de sus mandatarios mejoraría sustancialmente, con lo que se fortalecería el Gobierno y mejorarían las posibilidades de una reelección presidencial o de un sucesor de la misma tendencia. (O)