El 2021, al igual que su año predecesor nos han dejado algunas cifras preocupantes a nivel de país, mientras que también ha mostrado un alivio en otros aspectos. Por ejemplo, uno de los factores más alarmantes del 2021, y que va en pleno aumento, es el nivel de inseguridad, que se refleja no solo en las cárceles, sino también en las calles y cada uno de los rincones de la patria. Cuantificando un poco esta situación, podemos mencionar que la tasa de homicidios pasó de 7,84 por cada 100.000 habitantes en 2020 a 10,62 en octubre de 2021, esto implica que el año pasado se registraron 1.372 muertes violentas y hasta octubre de 2021 pasaron a 1.885, es decir, hubo un incremento del 40 %. Sin embargo, existen otras estadísticas que son más alicientes para los ecuatorianos, como por ejemplo el empleo adecuado, que tuvo un repunte importante en el 2021. Para el mes de octubre el número de trabajadores que tiene un empleo adecuado, es decir que gana al menos el salario básico y trabaja al menos las 40 horas semanales, pasó de 2′339.425 en octubre del 2020 a 2′684.258. Esta diferencia de casi 350.000 personas implica también una disminución en la tasa de desempleo, la que para octubre del 2021 se encuentra en el 4,9 %, mientras que para la misma fecha del año anterior superaba el 6 %.

Este indicador es un reflejo de un alivio económico para la población, pero es aún insuficiente para poder disminuir de manera adecuada la crisis que vive el país. Las políticas públicas que tomará el Ecuador en el 2022 deben orientarse a apuntalar el crecimiento económico, pero a la vez deben fortalecer la seguridad de los ecuatorianos. El Gobierno debe plantear la industrialización de ciertos sectores, a fin de incrementar la balanza comercial, y a la vez permitir que la automatización aumente las exportaciones de productos con valor agregado, generando empleos para los diversos sectores que componen el PIB. Es importante fortalecer el sector de servicios a fin de oxigenar a algunos gremios como el hotelero, uno de los más golpeados por la crisis sanitaria y del COVID-19. Se deben atender ciertas necesidades puntuales de muchas provincias también, como el caso de Esmeraldas y su problema del agua potable, en la que se ha invertido ya una importante cantidad de recursos económicos.

La lucha contra la corrupción es otra bandera que debe ser izada por el Ejecutivo, pues en el país aún existen gerencias por conveniencias, en donde se coloca a personas por una cierta cantidad de dinero que muchas veces no cumplen con los perfiles o son colocados para firmar contratos con empresas que enriquecen ciertos bolsillos particulares. En este ámbito, también se debe prestar atención a las empresas públicas que cobran dinero por puestos de trabajo, o porcentajes para las personas que gestionan el trabajo de manera antiética.

Ante la opinión de algunos ecuatorianos, entre los que me incluyo, el gobierno ha tomado un camino acertado, no obstante deberá poner un mayor esfuerzo en encontrar la gobernabilidad y depurar las instituciones, eliminando todo rastro de corrupción que haya sido legado de los gobiernos pasados. (O)