Las relaciones económicas y políticas entre la Unión Europea (UE) y los países de América Latina y el Caribe (ALC) se han venido fortaleciendo en las últimas décadas, aunque con menor ímpetu en los últimos años (dado el aumento del comercio entre ALC y China).

Escribí un Resumen de Políticas (Policy Brief) sobre las ‘Relaciones económicas entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe’ para la Fundación EU-LAC y el Institut des Ameriques, publicado a fines de abril, y disponible en https://eulacfoundation.org/.

Alcanzar mayor seguridad, crecimiento y estabilidad en países de ALC los vuelve mercados más atractivos para las empresas de la UE.

La suscripción de acuerdos de asociación entre la Unión Europea y la mayoría de los países de ALC ha llevado a un aumento del comercio exterior entre las dos regiones, al mismo tiempo que la UE se ha mantenido como la principal fuente de inversión extranjera directa en ALC. La inversión de empresas de ALC en países de la UE también ha aumentado. Está pendiente de ratificación el acuerdo comercial entre la UE y Mercosur, el mayor mercado en ALC.

La pandemia de COVID-19 y los impactos crecientes del cambio climático han dado un renovado ímpetu a la necesidad de colaboración estrecha entre las dos regiones. La UE y sus Estados miembros han proporcionado 3 mil millones de euros en ayuda sanitaria a ALC. La UE exportó más de 130 millones de dosis de vacunas a los países de ALC, y es uno de los principales contribuyentes a la facilidad Covax, que entregó más de 50 millones de dosis a la región. Los Estados miembros de la UE han donado 10 millones de dosis.

En cuanto al cambio climático, las dos regiones han estado muy alineadas desde la negociación del Acuerdo de París de Cambio Climático en la COP21 (diciembre 2015). Europa ha dado prioridad a la transición ecológica, la transformación digital y el desarrollo sostenible en sus programas de cooperación regionales y bilaterales, y los países de ALC son receptivos a los medios de implementación (financiamiento climático, transferencia de tecnología y desarrollo de capacidades) para impulsar la mitigación y adaptación al cambio climático. Las dos regiones son quizás las que mayor apoyo han brindado a la implementación del Acuerdo de París, junto a grupos de países como los pequeños estados insulares (SIDS) y los de bajos ingresos (LIC).

Se pondrán a disposición de ALC 3.400 millones de euros en el marco de la programación multianual (2021-27) del NDICI-Global Europe, para apoyar una recuperación sostenible y verde. Además, la UE movilizará más de 12 mil millones de euros de inversión pública y privada en la región a través del Fondo Europeo para el Desarrollo Sostenible Plus (FEDS+).

El Programa Indicativo Multianual Regional de la UE para ALC (2021-27) apoyará la transición verde, la transformación digital, la economía sostenible e incluyente, la gobernanza democrática, la seguridad y la migración, así como la cohesión social y la lucha contra las desigualdades. El desarrollo humano y la educación ocuparán un lugar destacado.

Alcanzar mayor crecimiento, estabilidad y seguridad en los países de ALC los vuelve mercados más atractivos para las empresas de la UE, tanto para fines comerciales como de inversión, por lo cual es una relación de mutuo beneficio. (O)