A propósito de los diez años del pontificado del papa Francisco, la Academia de líderes católicos latinoamericanos tuvo el acierto de realizar un webinar: “Seminario International, 10 años del papa Francisco. Legado y contribuciones de su pontificado”.

Además de saludos y cortas reflexiones importantísimas del cardenal Parolin, secretario de Estado del Vaticano, del cardenal Carlos Aguiar, presidente de la Academia, y saludos con muchas reflexiones de importantes personalidades como monseñor Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, presidente del Celam, y el cardenal O´Malley, arzobispo de Boston. Hubo intervenciones de altísimo nivel.

El expresidente de Costa Rica Miguel Ángel Rodríguez, un dilecto amigo, hizo una exposición sobre el compromiso del papa Francisco con la paz. Hizo mención en su presentación del numeral 205 de la encíclica del papa Francisco Evangelii Gaudium, que cito textualmente a continuación:

“205. ¡Pido a Dios que crezca el número de políticos capaces de entrar en un auténtico diálogo que se oriente eficazmente a sanar las raíces profundas y no la apariencia de los males de nuestro mundo! La política, tan denigrada, es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común. Tenemos que convencernos de que la caridad “no es solo el principio de las microrrelaciones, como en las amistades, la familia, el pequeño grupo, sino también de las macrorrelaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas”. ¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres!”.

Al meditar sobre esta frase me dije hacia mis adentros: “Santo padre, pida mucho más por el Ecuador que por cualquier otro país”.

Pero no solamente que la práctica política está totalmente alejada de los principios aquí mencionados, sino que, además, una sombra de mediocridad aplastante cubre hoy a muchísimos, por no decir a casi todos los actores. Esto va muy en contra de ese deseo del santo padre, de que crezca el número de políticos capaces.

Relator de la CIDH para Ecuador pide respetar el orden constitucional y el debido proceso ante el posible juicio político a Guillermo Lasso

Miremos el famoso informe de la Asamblea. Concentrémonos en una sola cosa: el nivel de capacidad intelectual, el nivel de conocimiento del derecho, el nivel del conocimiento de las realidades que ese informe revela respecto de quienes lo elaboraron y lo votaron en la Asamblea.

Que no hayan existido suficientes legisladores que digan que por respeto al país se debía presentar un informe con las necesarias mínimas calidades muestra el nivel de absoluta mediocridad que cubre hoy el quehacer político del Ecuador.

Hace varias décadas los estudiantes iban a la Asamblea (entonces Congreso), se sentaban en las gradas para aprender oratoria, sintaxis, gramática y manejo del idioma.

Hoy los estudiantes deben ir a la Asamblea para componer el prontuario de las barbaridades del idioma, las aberraciones de la debilidad jurídica y la ridiculez de la argumentación política.

No se trata de que el presidente deba o no deba ir al Congreso. Está en la constitución lo que la Asamblea puede hacer, o el presidente puede hacer con la disolución del Parlamento.

Se trata del elemental respeto al país, haciendo las cosas con el mínimo de calidad profesional y del manejo del idioma que se requiere para no ofender a los que pagamos los impuestos para que les pague el Estado los sueldos a ellos. (O)