La verdad de la milanesa es que pudiendo ser potencia mundial luego de Brasil, Vietnam, Indonesia, Colombia y Etiopía, el Ecuador ha ido perdiendo su mercado internacional y sin una política agraria que fomente la producción, esta ha ido disminuyendo considerablemente porque tenemos cafetales muy antiguos e improductivos. Según el Magap, la producción nacional en 1999 fue de 71 mil toneladas métricas (TM) y según el Consejo Cafetalero Nacional (Cofenac), la producción de café en el 2008 fue de 52.250 TM. Para el 2010, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estimó 31.347 TM, con una productividad promedio de 4,81 quintales por hectárea de café verde, cuando en otros países productores la productividad es entre 2 y 3 veces mayor.

La disminución en la producción tiene sus causas: envejecimiento de las plantaciones; deficiente manejo agronómico; presencia de cultivos en zonas marginales; falta de recursos financieros para la tecnificación de los procesos de producción y poscosecha; limitada asistencia técnica y capacitación a actores de la cadena cafetalera, principalmente a los productores.

En las estadísticas del Magap, se conoce que la producción de café, genera empleo directo para 67.500 familias de caficultores y constituye una fuente de trabajo para varios miles de familias adicionales vinculadas a las actividades de comercio, agroindustria artesanal, industria de soluble, transporte y exportación. El café, como arbusto, contribuye a la conservación de los suelos, especialmente de materia orgánica y protector de procesos erosivos.

Las zonas cafetaleras del Ecuador se localizan desde alturas cercanas al nivel del mar hasta aproximadamente la cota de los 2.000 metros sobre el nivel del mar. Según los estudios del Cofenac, el café se cultiva principalmente en la provincia de Manabí, ocupando el 32,20 % del área total, siguiéndole Loja con 13,5 %; Orellana 8,9 %; Sucumbíos 8,2 %; Guayas 6,4 %; y los Ríos 6,0 %, la diferencia se produce en varias provincias.

Cofenac, para el 2010, presentó un estimado de 219.611 hectáreas, de las cuales 145.575 hectáreas son de la especie arábiga (66 %) y 67.600 hectáreas de la especie robusta (31 %).

La población económicamente activa vinculada al sector cafetalero es de 105 mil familias, 18 % de la PEA rural, representando el 13 % de la superficie total de especies perennes del Ecuador, según el Instituto de Promoción de Exportaciones e Inversiones (ProEcuador) 2011.

Debemos fomentar la siembra y producción de variedades mejoradas y productivas de café arábigo y robusta, para lo que el INIAP es una institución clave que viene realizando una buen investigación en variedades como Catuaí rojo, Caturra rojo y amarillo y Sarchimor, muy buenas para las cafeterías de especialidad.

Los costos de transporte y congestión en puertos en la cadena de suministros mundial nos obligan a implementar una política especial para la caficultura, que debe proyectarse a 10 años, para llegar a la meta de estar entre los 10 mejores productores mundiales. Esperemos también que se construyan fábricas locales de urea y se fomente la construcción de astilleros de buques medianos para carga seca. (O)