Nos recordaba Xavier Orellana que Henry Kissinger dijo: “Existe un vacío en el liderazgo global, con una falta de estadistas que ha dejado al mundo mal administrado por populistas y tecnócratas”. Y sin duda la podríamos modificar de mil maneras para adaptarla al caso ecuatoriano, pero esa es la realidad: ¡qué mal va nuestro liderazgo, sobre todo político! …Pero ¿qué es un líder? Según la RAE: “Persona que dirige o conduce un partido político, una organización social u otra colectividad”. Pero hay mucho más condumio: ser líder es ayudar a los demás a crecer, apoyar para encontrar un rumbo conjunto, ser ejemplo, ser mejores para ayudar a todos a ser mejores, generar esperanza.

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Y aplicando la definición general y el condumio, nuestros líderes políticos salen obviamente muy mal parados. Por ejemplo, ¿cuál es el rol de líder del señor Leonidas Iza? Quiero retomar mi tuit de hace unos días: “Señor Iza ¿Usted solo puede decir NO en 14 puntos? A la constitución, al gobierno, a los diálogos. Solo movilizaciones y amenazas ¿Hay algún SÍ por el país? ¿Su única oferta es el comunismo andino, empobrecedor salvo p/los dirigentes, y el apoyo a minería ilegal? ¿Puede usted ser un líder positivo?”. Quien dice solo no, solo destruye, no aporta soluciones, no es ejemplo, no es líder. Y ahora (y tantas veces más) viene la Asamblea Nacional, que acaba de plantear para votación un informe que sin duda es una suma de absurdos, de conjeturas, de suposiciones con el único objetivo de encontrar algún resquicio para dar de baja al presidente Guillermo Lasso, y así buscarán en todas las direcciones los mecanismos, legales o ilegales, todos orientados a sus pequeñas necesidades. ¿Construyen? ¿Son ejemplo? Para nada, tampoco son líderes. Y en eso los correístas son maestros, en anteponer sistemáticamente sus ambiciones a la marcha del país. Maestros, pero no líderes. El Gobierno también tiene lo suyo, buscando entre otras decisiones negativas broncas personales de una dimensión liliputiense, ¿qué aporta?, ¿de qué es ejemplo?, ¿cómo ataca seriamente la corrupción, tan enquistada en nuestro aparato estatal desde hace tanto tiempo?, ¿qué esperanza y motivación crea entre los ecuatorianos? Casi nada... Y sin duda las élites académicas y económicas que no tienen un rol en la política, pero sí político. Obviamente ayudan a resolver muchos problemas de la vida diaria de los ecuatorianos, pero ¿dónde buscan espacios de dialogo?, ¿de encuentro con otros?, ¿de atacar la desesperanza?, ¿de enfrentar problemas estructurales, pero evitando la soberbia de una visión única?

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Y probablemente muchos de nosotros, y me incluyo como el que más, no cumplimos el mejor rol de liderazgo en nuestro entorno cercano.

Los liderazgos en el país se encuentran entrampados en un bloqueo sistemático. Y por supuesto la pregunta clave es: ¿quién da el primer paso para superarlo, quién empuja y motiva a los demás? ¿Quién? ... No tengo ninguna respuesta, pero sí la esperanza de que la encontremos.

Nota. Muchas gracias al señor Carlos Cabezas, quien me señala un error en el artículo del sábado pasado. Escribí: “… la Reserva Federal sigue subiendo drásticamente los intereses (45 % en diciembre)”. Por supuesto, es 4,5 % en lugar de 45 %. (O)