En agosto del 2021 el empleo adecuado era del 32,4 % de toda la población de 15 años o más que perciben ingresos iguales o superiores al salario mínimo. Desde el mes de abril del mismo año sobre este indicador ha existido un aumento del 1,6 %, que puede deberse al proceso de reactivación económica pospandemia. Este comportamiento se observa también en la tasa de subempleo y de desempleo, que han disminuido desde abril del 2021 y en la actualidad se encuentran en 22,1 % y 4,9%, respectivamente. No obstante, en términos económicos esta variación no es significativa para reducir los índices de pobreza del país. Sobre este contexto y para erradicar la pobreza del Ecuador, se deben conjugar muchos aspectos de manera paralela, y el Código de Trabajo es tan solo uno de ellos, es decir, la nueva reforma laboral por sí sola no va a permitir superar la situación de crisis que afecta al país.

El crecimiento y empleo están asociados positivamente, y con particular fuerza en el sector privado de la economía. Es importante hacer notar que “la demanda de trabajo deriva de la demanda de productos”, y de allí se puede inferir causalidad de crecimiento a empleo. Ecuador históricamente no ha sido un país que genera valor agregado sobre el producto, y esto se puede verificar en dos realidades a nivel nacional; siendo la primera que los productos extranjeros son en ocasiones más baratos que los de fabricación nacional y, la segunda, que somos un país exportador de materia prima. Entonces, por citar un ejemplo, podríamos preguntarnos qué le conviene al país: ¿exportar un barril más de crudo o refinar un galón más de gasolina? ¿Exportar un saco más de cacao o enviar un kilo de pasta de cacao al exterior?

Los cambios en la productividad del empleo pueden alterar no solo la remuneración en el trabajo, sino también el crecimiento de la economía. La relación de “cuánto empleo se deriva de una unidad más de producto” puede variar considerablemente y es aquella la que debe ser por ley regulada en beneficio de las empresas pero respetando la estabilidad del trabajador.

La creación de empleo de muy baja productividad puede asociarse con bajo o nulo crecimiento económico, mientras que mejoras generalizadas en los niveles de productividad del trabajo tarde o temprano generan un mayor crecimiento económico. Entonces, y antes de adoptar un nuevo esquema laboral, se deben tomar en consideración las relaciones existentes entre crecimiento, productividad y empleo, para con base en esta sinergia poder ser capaces de visualizar las conveniencias del país.

La igualdad laboral, más que una ley, debe ser una estrategia basada en el crecimiento financiero y que únicamente podrá ser viable si el Ecuador se convierte en exportador de valor agregado.

Se debe fortalecer y apuntalar la industrialización de los procesos productivos, generando a más de valor económico un crecimiento en los recursos humanos. Si esto no sucede, la empresa privada generará empleo pero sin valor, y no solucionaremos la desigualdad entre el salario mínimo y el precio de al menos la canasta básica familiar. (O)