No se podría pensar en dos personajes más disímiles que Leonidas Iza y Guillermo Lasso. Lo irónico es que ambos cantan el mismo himno nacional y saludan a la misma bandera. Es difícil pensar que el sistema democrático sirva para acercar a estos políticos tan antagónicos, a tal punto que les permita dialogar y alcanzar consensos.

Lasso es de la Costa e Iza es de la Sierra, lo cual, en un país dividido por el regionalismo y por los recientes esfuerzos por independizar el Guayas, ya marca bastantes diferencias. El origen étnico también es diferente: mientras que uno tiene ascendencia europea, el otro es aborigen y puede rastrear sus ancestros a las culturas autóctonas del Ecuador. Mientras que uno viste prendas occidentales, Iza viste poncho y sombrero. Igual contrastan las instituciones que ideológicamente los cobijan, la Conaie y Ecuador Libre.

En cuanto a educación, los atributos van en reversa: mientras que Iza tiene estudios de ingeniería en la Universidad Técnica de Cotopaxi, Lasso no ha pasado de la secundaria. A nivel lingüístico las diferencias también son notables: mientras que uno tiene dominio del español como idioma materno, Iza lo habla como segundo idioma, con algunas inconsistencias gramaticales. No se registran esfuerzos por parte de Lasso para aprender alguno de los idiomas propios del Ecuador, como sí lo hizo Rafael Correa antes de ser presidente.

El paro de junio los obligó a enfrentarse en lo más alto de la esfera del poder.

A nivel religioso los dos son católicos, pero uno de ellos se inclina hacia el Opus Dei —el ala más conservadora de la Iglesia— mientras que el otro está más relacionado con la teología de la liberación, es decir, el ala más progresista del catolicismo. Estas posiciones, que ya son divergentes dentro de la Iglesia, se reflejan también en las creencias religiosas de estos dos políticos.

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En el medio de estos personajes está la gran mayoría mestiza que se resiste a reconocer sus vertientes indígenas. El censo poblacional de 2010 nos dice que el 72 % de los ecuatorianos se autocalifican como mestizos; como afroecuatorianos, el 7 %; indígenas, el 7 %; como montubios, el 7 %; y blancos, 6 %. Sin embargo, en una reciente investigación de la Universidad Técnica Equinoccial se ha encontrado que el 61 % de los genes de la población autocalificada como mestiza es de origen indígena. Este importante resultado nos indica que el componente indígena del país es mucho mayor que el 7 % reportado en el censo y que quizás llegue a la mitad de la población. Al definir quiénes somos, los mestizos nos inclinamos sesgadamente hacia nuestros ancestros europeos, minimizando nuestro origen indígena.

Lasso e Iza simbolizan, pues, antípodas viviendo en el mismo país. En la vida rutinaria, los caminos de estos dos personajes nunca se hubieran cruzado. No se hubieran conocido en las reuniones de los directorios de los bancos, ni en el Inti Raymi, ni en una capilla, ni en una reunión social, ni en un trabajo de minga comunitaria, ni en los pasillos de la universidad. Ambos han caminado, y todavía caminan, por andariveles paralelos. El paro de junio los obligó a enfrentarse en lo más alto de la esfera del poder. (O)