La invasión rusa a Ucrania tiene un costo humano elevado, con decenas de miles de civiles muertos en Ucrania y unas 20.000 tropas rusas (según fuentes ucranianas). Solo en Mariúpol, el alcalde dijo que podrían haber muerto más de 20.000 civiles. El número de heridos podría superar los 100.000 y hay más de 11 millones de personas desplazadas (4,5 millones fuera de Ucrania).

Aparte de ello, la guerra trae pérdidas económicas cuantiosas, con la destrucción de viviendas, infraestructura, etc., con un costo superior a los $ 100.000 millones. El Banco Mundial proyecta que el Producto Interno Bruto (PIB) de Ucrania podría caer en 45 % como consecuencia de la guerra, debido al colapso de la producción y las exportaciones. La pobreza podría subir de 1,8 % a 30 % de la población.

La economía rusa, sujeta a severas sanciones, podría caer en 11,2 % en el 2022. De prolongarse la guerra, la caída del PIB podría alcanzar 75 % en Ucrania y 20 % en Rusia.

Otros países severamente afectados serán los vecinos de Ucrania y Rusia, incluyendo a Bielorrusia y Moldavia. La proyección de crecimiento de Europa Central (Bulgaria, Croacia, Hungría, Polonia y Rumania) se reducirá del 4,7 % al 3,5 %, debido a la afluencia de refugiados, el aumento de precio de las materias primas y el deterioro de la confianza. El ingreso de refugiados fluctúa entre 4 % de la población prebélica (Hungría) y 15 % (Moldavia). A nivel mundial, se estima que el crecimiento del PIB caerá de 4 % a 3 % por el impacto en el comercio mundial y el alza de precios de los hidrocarburos y alimentos. Los aumentos de precios han sido especialmente pronunciados para los productos en los que Rusia y Ucrania son exportadores clave: gas, carbón, petróleo, fertilizante, trigo, aluminio, hierro y paladio. En cuanto a América Latina y el Caribe, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que la tasa de crecimiento caerá de 2,1 % a 1,2 %, y podría haber una contracción de 0,4 % en 2023.

Los escenarios de crecimiento dependen de diversos factores, desde los vínculos comerciales con Rusia y Ucrania, hasta el nivel de endeudamiento, pero el BID prevé que disminuya respecto del escenario prebélico. El alto precio de los hidrocarburos y los cereales beneficiará a los países exportadores de estos productos, mientras que los importadores sufrirán una mayor inflación.

Rusia y Ucrania son mercados importantes para varios de los productos que exporta América Latina y el Caribe, como lácteos y carne, frutas (por ejemplo, banano) y flores.

Alrededor del 20 % del total de importación de fertilizantes de la región procede de Rusia, al igual que más del 5 % del hierro y acero.

En el caso del Ecuador, los impactos serán contradictorios: efecto positivo por alza del precio del petróleo, efecto negativo por el aumento del precio de los fertilizantes y el cierre de mercados para el banano y las flores. El Banco Mundial aumentó su pronóstico de crecimiento al 4,3 % para 2022 (segundo país con mayor crecimiento en la región).

Otro efecto colateral será el alza de las tasas de interés internacionales, como resultado de la elevada inflación mundial. Pero la incertidumbre será la tónica. (O)