En medio de tantas aflicciones, esta época del año se muestra con la alegría de actos significativos en la vida de muchas familias de menores que culminan su instrucción primaria, luego de incertidumbres educativas por la pandemia, que no termina de ausentarse, y las traumáticas vacunas que se desconoce cuántas finalmente serán, después de superar la enseñanza en línea para dar paso al añorado encuentro presencial engrandecido con presentaciones de fin de ciclo colmadas de emociones.

La programación especial organizada por la Unidad Educativa Nuevo Mundo resaltó la culminación de la instrucción primaria de la promoción 39, que integró el penúltimo de mis nietos, Juan Francisco Cattáneo Saltos, llamado con ternura Juanfy, cuando grupos mixtos desarrollaron temas que animan esta columna por los tópicos agrarios y ambientales que analiza, mostrando modernos enfoques sobre fertilidad de suelos, manejo ambiental de cultivos, maneras de minimizar y resistir los impactos del cambio climático. Hubo derroche de erudición, claridad en las explicaciones y prácticas de conocimientos recibidos, con la soltura de experimentados peritos. La institución comprobó su eficacia didáctica en la voz de caracterizados estudiantes, niños y niñas, que con absoluta facilidad desglosaron aspectos relacionados con el cambio climático, lo que ellos pudieron realizar desde su ámbito escolar y en la vida familiar para la reducción de la contaminación, el fortalecimiento de habilidades personales y colectivas en beneficio de la resistencia a la dureza del calentamiento generalizado, con énfasis en la producción sostenible de alimentos y combate a la pobreza.

Impresionó hasta la admiración el derroche de sapiencia sobre el inconveniente uso de fertilizantes químicos en la conservación de las tierras cultivables, resaltando la inocuidad de nutrientes en la vida de las plantas, para dar paso a la cultura del uso de abonos orgánicos con pruebas de su elaboración doméstica, ahora convertida en una necesidad frente al alto costo que representa la provisión de medios convencionales de enriquecimiento de suelos.

Esta promoción mantuvo el entusiasmo de sus inicios cuando tomó contacto con el maravilloso mundo de la germinación de las semillas, ejemplo de la perpetuación de las especies, introducción a su mejoramiento productivo en beneficio de la alimentación humana, conservando el espíritu agreste, uno que otro continuará transitando por los caminos hacia la agricultura tecnificada, con el mismo o mayor fervor de las primeras pinceladas de multiplicación de plantas cultivadas, que tantas inquietudes les inspiró, conservando intacta la orientación de su colegio que registra egresados que sobresalen como conspicuos empresarios agropecuarios. Despidieron con tristeza los días de las primigenias letras, pero al grito de ¡Vamos a la secundaria! saludaron con optimismo los insuperables momentos que les deparará la nueva etapa.

Felicitaciones a la licenciada Mónica Murillo, directora de primaria de la institución, a sus colaboradores y a los miembros del brillante curso que se despide, dignos cultores de la límpida naturaleza y su protagonismo global. (O)