El decreto 883 eliminando el subsidio a los combustibles en Ecuador y el alza en la tarifa del transporte público de Santiago de Chile detonaron estallidos sociales el año 2019. El proyecto de reforma tributaria del presidente Iván Duque desató una contienda social en Colombia el año pasado. En ocasiones el detonante del conflicto es confundido con las causas originadas por diversos factores, que estallan con mayor intensidad en tiempos de crisis. Se deben sacar lecciones de otras experiencias. Aplicar medidas preventivas antes que la olla alcance presión máxima evita convulsiones. El presidente Guillermo Lasso no ha dado respuestas concretas a problemáticas sensibles como salud, educación, seguridad, medio ambiente, entre otras. La pobreza y el miedo desgarra a muchos compatriotas. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) del 2019 indica que en América Latina y el Caribe, pese a décadas de crecimiento económico, se percibe injusticia en la distribución de la riqueza y pérdida de dignidad, principalmente entre la clase media y la históricamente marginada.

La calidad de vida de los ecuatorianos se agravó el último año, sin reacción oportuna de las autoridades.

El Gobierno ha cometido varios errores en el manejo de la actual conmoción social, como negar la existencia de detonante para la protesta y criminalizarla; detener a Leonidas Iza, presidente de la Conaie, por presunto sabotaje; invocar diálogo en camuflaje de guerra, quizá por desconocer la etnopsicología nacional. La toma de la Casa de la Cultura por parte de la policía sienta un mal precedente en democracia, atiza el fuego y suma adherentes a la movilización. Los pobres siempre se identifican con quien defienda sus derechos.

La calidad de vida de los ecuatorianos se agravó el último año, sin reacción oportuna de las autoridades. No hay excusa para la falta de acción ante los problemas, decía Angela Merkel, pues los políticos los conocen de antemano y llegan a sus cargos con soluciones. Hambre, pobreza, inseguridad social y ciudadana, desempleo, hospitales sin medicamentos, estudiantes sin cupo a universidades, desorden político, corrupción institucional, etcétera, enardecen al pueblo. Un gobierno carente de estrategias eficaces para evitar el levantamiento choca contra una Conaie indignada por el año esperando una respuesta; resultado: violencia, vandalismo de infiltrados, represión policial indiscriminada amparada en interpretaciones del uso progresivo de la fuerza, dejando muertos, heridos, secuestros, saqueos, caos en nombre de una democracia enferma.

Hay mal manejo político del Ejecutivo, pésima asesoría comunicacional. Tratar de minimizar la protesta y las demandas logran el efecto contrario, porque estas representan a una mayoría que clama auxilio y exige soluciones efectivas a problemas estructurales no resueltos con paliativos, sino

con una cirugía económica-social profunda. Gobierno, empresarios, agrupaciones indígenas y gremiales necesitan un diálogo serio; lograr consensos, firmar un pacto nacional para superar las problemáticas y desarrollar la economía sin menoscabar la justicia social. Esto evitará detonantes estruendosos y permitirá retomar la ruta de la paz. (O)